Durante su declaración, la expresidenta de la Comunidad de Madrid recordó que ella no se ocupaba «de la organización de actos ni en el Gobierno ni en el partido»
18 dic 2013 . Actualizado a las 18:53 h.La expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre aseguró en su declaración como testigo en el caso Gürtel que no conocía al cabecilla de la trama, Francisco Correa. «No le he visto en mi vida, salvo en fotografía, después del auto de febrero del 2009. En las grabaciones que se entregaron al juez Garzón el señor Correa me ponía a mi a escurrir», señala.
Según se desprende de su declaración, el exconsejero de Deportes Alberto López Viejo, a quien se atribuye la contratación de cientos de actos con empresas de la Gürtel a cambio del cobro de comisiones, «no era en absoluto hombre de su total confianza» y que ella no le puso en la lista para las elecciones autonómicas.
Aguirre negó que le prohibiera contratar actos con estas empresas, entre ellas Easy Concept. Además puso de manifiesto que ella no se ocupaba «de la organización de actos ni en el Gobierno ni en el Partido». «Mi gabinete jamás tuvo ningún contacto con las empresas de Correa», indicó Aguirre. «No me ocupaba de quién ponía la iluminación, el sonido para que pudiera enchufar las radios y televisiones, las sillas, las traseras, los atriles etc. No creo que ningún presidente de empresa, alcalde, ministro o presidente autonómico sepa quién es el encargado de poner la megafonía en sus actos», dijo la expresidenta de la Comunidad de Madrid.
Esperanza Aguirre dice además que desconocía el proceder de López Viejo en las adjudicaciones a la empresa Easy Concept, vinculada a la trama Gürtel, porque «de haberlo sabido, le hubiera cesado en ese mismo momento». De este modo, niega saber si Special Events organizó y montó actos para el PP de Madrid en las elecciones autonómicas y locales del 2003, alegando que aunque era la candidata «no llevaba la campaña».
También niega haber prohibido a López Viejo contratar con las empresas de la trama Gürtel, ya que no fue hasta el auto de Garzón del 2009 cuando «exigió», dice, la dimisión de todos los implicados que formaban parte de su Gobierno. Lo que sí hizo fue pedir explicaciones a López Viejo en el 2005 a raíz de la publicación de un artículo de la revista Interviú titulado «Las amistades peligrosas», en el que se decía que unas personas vinculadas al PP estaban obteniendo contratos de administraciones gobernadas por el partido y entre ellas la Comunidad de Madrid.
«Esa mañana le llamé a mi despacho (creo que es la única vez que vino antes del 9 de febrero de 2009, cuando le pedí la dimisión) y le pregunté: ¿es cierto esto que dice Interviú? Y él respondió: 'no, presidenta. Muy al principio de llegar aquí se les encargó algo pero ya no se les encarga nada. Ahora se les encargan los actos a...' y me da una serie de nombres que no aparecen para nada en Interviú», relata Aguirre en una de sus respuestas.
Ante esa respuesta señala que se quedó «tranquila» porque «la revista no denunciaba ninguna ilegalidad, ni siquiera irregularidad» y precisa que se dirigió a él porque su nombre aparecía en la citada publicación. Además, entonces «estaba segura de que todos los contratos de la Comunidad de Madrid se realizaban por los procedimientos legalmente establecidos» «Ahora, a posteriori, he sabido que Alberto López Viejo amenazaba con mi no asistencia al acto en cuestión para vencer las resistencias en caso de que existieran», añadió Aguirre.