La necesidad de presentar una candidatura fuerte en Europa podría obligarle a hacer cambios, que se anunciarían tras el debate de la nación
16 feb 2014 . Actualizado a las 11:26 h.«Si puedo, no haré cambios de Gobierno en toda la legislatura». Aunque él ha sido ministro de casi todo, a Mariano Rajoy le gusta poco el baile de sillas ministerial. Y hace menos de tres meses se aferraba todavía con esta frase a la posibilidad de no tener que cambiar una sola de sus piezas en cuatro años de Gobierno. Pero, desde entonces, las cosas han cambiado bastante. Cansado de esperar una llamada que nunca se produjo, Jaime Mayor Oreja acabó tirando la toalla y dejó vacante, como Rajoy pretendía, el puesto de cabeza de cartel en las elecciones europeas. Y la fuerte apuesta del PSOE, situando como candidata a su vicesecretaria general, Elena Valenciano, obligan a Rajoy a elaborar una lista de peso en Europa que puede conllevar retoques en el Gobierno.
Lista europea
Arias Cañete. El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, ha estado siempre en la recámara para la lista europea. Pero el movimiento de los socialistas, la renuncia de Mayor Oreja y el hecho de que ya le haya dicho que no a Rajoy una vez cuando le propuso ser el nuevo líder del PP andaluz, hacen que su nombramiento se dé por hecho. Sus compañeros en el Congreso se hacen ya fotos con él a modo de despedida. Ser el candidato del PP no le impediría, además, ocupar a partir de octubre el cargo de comisario europeo en sustitución de Almunia, que es el puesto al que aspira el andaluz. Sin descartar la sorpresa, porque Rajoy no es tan predecible como asegura, la duda está en saber si, en caso de que Arias Cañete sea el elegido, se limitará a cubrir el hueco o aprovechará para remodelar un gabinete que en algunos flancos presenta un enorme desgaste.
Debate de la nación
Un cambio para impulsar las europeas . A favor de una remodelación inminente juega el hecho de que el debate sobre el estado de la nación se celebre el próximo día 25. En el PP consideran que lo lógico sería hacer los cambios inmediatamente después de hacer el balance de la gestión del Gobierno en el último año. Algo que serviría, además, de impulso político de cara a las elecciones europeas. Aunque no es obligatorio, Rajoy debería acudir con su cabeza de cartel en Bruselas ya nombrado al congreso del Partido Popular Europeo del 6 de marzo, del que saldrá el candidato común. Ahí podría empezar el baile de piezas. Pero hay otro elemento novedoso que puede llevar a Rajoy a tener que aplicar un reequilibrio de poder en el Gobierno y el partido. El enfrentamiento de la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, con la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, y con Javier Arenas a costa del relevo en el PP andaluz ha desestabilizado la paz interna en el partido. Y, de rebote, algunos de los implicados podrían dejar sus responsabilidades en Génova para entrar en el Gobierno.
De Guindos y el Eurogrupo
El problema de la bicefalia económica. Pese a los roces entre el ministro de Economía, Luis de Guindos, y el de Hacienda, Cristóbal Montoro, Rajoy ni siquiera se planteó un cambio en pleno huracán de la crisis para no dar imagen de inestabilidad. Pero ahora que el rescate está descartado y que la situación comienza a mejorar, se considera factible acceder al deseo de Luis de Guindos de abandonar el Gobierno para convertirse en presidente del Eurogrupo. Una aspiración que parecía imposible en medio del rescate bancario español, pero que ahora, terminadas con éxito las ayudas europeas a la banca, es factible y cuenta con apoyos en Europa. Al contrario que hasta ahora, el cargo de presidente del Eurogrupo deberá desempeñarse a tiempo completo, lo que obligaría a De Guindos a dejar el ministerio. Su salida permitiría a Rajoy tener una sola voz en el área económica, tal y como están exigiendo los mercados y la UE, en lugar de mantener la actual bicefalia, aunque está por ver si sería Montoro quien ocupara ese puesto.
El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente es el máximo favorito para ser cabeza de cartel en las elecciones europeas. El puesto no le impediría ser luego comisario europeo en octubre, en sustitución de Joaquín Almunia.