Miguel Muñoz: «No somos puerta sino muro de contención de la coca en Europa»
ESPAÑA
Sostiene que la mayoría de los alijos llegan en contenedores, yates y veleros
27 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Lleva casi media vida investigado la gran delincuencia organizada relacionada con el tráfico de cocaína, no solo en los puntos de destino, sino también en los de origen. Es el autor del primer estudio serio de las rutas marítimas en el tráfico de esta droga hacia Europa. Pasó tres años en Colombia, la patria del oro blanco que hace estragos en todo el mundo. Desde el 2011 trabaja de nuevo en España, en labores de coordinación de investigaciones relacionadas con el crimen organizado y el tráfico de drogas.
-Los fríos datos estadísticos sobre aprehensiones de cocaína ponen de manifiesto que el narcotráfico no es una actividad delictiva residual en España, a pesar de que hace años que no aparece en las encuestas como un problema prioritario de los españoles. ¿Por qué?
-Precisamente por eso, porque son datos fríos. El narcotráfico es una actividad delictiva que no se ve, apenas hay denuncias por tráfico de drogas, y menos por temas de gran tráfico. El tráfico de coca a gran escala es una sombra que se mueve en el mundo entre la ciudadanía, sin que en la calle apenas se vea el reflejo de ese delito.
-Algunos siguen considerando a España como la principal puerta de entrada de la coca en Europa. Usted sostiene en su estudio que ahora es el gran muro contra la entrada. ¿Qué es lo que ha cambiado?
-Muchos factores. Desde hace años las organizaciones criminales han sufrido importantes caídas en España. Esto ha hecho que el dinamismo de aquellas haya tenido como consecuencia el cambio de métodos y rutas de transporte. Es cierto que las cantidades incautadas en España han disminuido de forma importante desde el 2007. Este hecho se explica por el incremento de las intervenciones en los países de origen o de tránsito de la cocaína que viaja a Europa, y porque han entrado en el escenario del narcotráfico español grupos criminales de otros países europeos, que realizan las funciones de narcotransporte con distintos destinos europeos e internacionales. España ya no es el destino final de la mayoría de los envíos importantes de cocaína. Ya no somos la principal puerta de entrada en Europa sino el muro de contención.
-¿Resulta preocupante desde el punto de vista policial el panorama que se vislumbra para los abordajes de narcobarcos y las últimas reformas en el tema de la justicia universal?
-Sería preocupante si en los casos de investigaciones seguidas en nuestro país la actual legislación no permitiera la actuación de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en aguas internacionales. Pero eso en absoluto ocurre. La Convención de Viena de 1988, ratificada por España, lo permite. No obstante, la cooperación internacional en esta materia debería ser más solidaria.
-¿Cuándo empieza la historia del narcotransporte marítimo por el Atlántico?
-Desde los años ochenta siempre han existido embarcaciones que transportan la cocaína a Europa. La primera de ellas conocida ya ocurrió en 1986. A día de hoy estas líneas de abastecimiento continúan. Lo mismo podemos decir de los contenedores. Recuerdo la conversación con un importante narcotraficante gallego, que me confirmó que en 1978 organizó el envío hasta el puerto de Lisboa de 100 kilogramos de cocaína ocultos en un contenedor. De ellos, 80 tuvieron que devolverlos a Colombia por falta de mercado. Desde entonces han cambiado mucho la demanda y también la oferta.
-A las rutas marítimas tradicionales, la del norte y la central, se le sumó en la pasada década la africana. ¿Qué protagonismo tiene en la actualidad?
-La ruta africana, que a gran escala comenzó a aparecer a principios de la primera década de este siglo, tuvo un efecto importante. Las investigaciones seguidas al menos en España apuntaron al occidente del continente africano como una notable puerta de entrada de la cocaína con destino a Europa. Las cantidades incautadas en aquellos años lo pusieron de relieve, pero a día de hoy pienso que esa actividad ha disminuido de forma notable.
-Sostiene en su estudio que la mayoría de la cocaína que transita en la actualidad por las rutas marítimas lo hace en contenedores despachados en origen con mercancías legales y en embarcaciones de recreo: yates y veleros.
-Efectivamente, las cifras de las numerosas incautaciones a través de estos medios lo avalan. Pero salvo contadas excepciones, las cantidades transportadas han disminuido, sin duda para evitar grandes pérdidas. Esto no quiere decir que haya habido excepciones, como lo ocurrido en Bélgica con un contenedor que transportaba ocho toneladas.