El Gobierno eludió ayer pronunciarse sobre la salida de Duran de CiU. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, uno de los más activos en el debate sobre Cataluña, dijo que no tiene por costumbre manifestarse «sobre acontecimientos que ocurren en otros partidos».
«Bastante tengo con intentar enterarme de lo que ocurre en el mío», señaló en tono de humor. Algo más se extendió la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, que dijo respetar la «decisión personal» de Duran y consideró que para el diálogo entre el Gobierno y los nacionalistas «no importa que esté Duran o que no esté», sino «qué quiere hacer y qué quiere ser CiU». La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, pidió al líder de Unió que deje la presidencia de la Comisión de Exteriores del Congreso y que los diputados democristianos en el Parlament «dejen de apoyar el referendo independentista».
IU critica su apoyo al Gobierno
El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, consideró que Duran busca «una cierta diferenciación o distanciamiento» aunque «en ningún caso disminuirá su rol político», al permanecer como portavoz de CiU y presidente de la Comisión de Exteriores en el Congreso. Desde Izquierda Unida, su coordinador federal, Cayo Lara, se mostró crítico con Duran i Lleida y afirmó que el líder de Unió «ha contribuido» con su apoyo «de manera descarada» a las reformas del Gobierno a que el afán independentista de Cataluña tenga hoy más apoyos.