Díaz achaca la debacle de Hamon a su radicalismo; Sánchez reclama más izquierda
25 abr 2017 . Actualizado a las 08:51 h.Las reacciones en España al resultado de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Francia han sido casi unánimes: la mayoría de los líderes políticos -con la excepción de los de Podemos- se han felicitado por la victoria del centrista o socioliberal Benoît Macron.
Así se pronunciaron los dirigentes más destacados del PSOE, pero con diferentes lecturas de orden interno que abren un nuevo frente de cara a las primarias. La presidenta andaluza, Susana Díaz, señaló que los resultados de Francia son «lecciones» que deberían haber aprendido ya en su partido, pues cuando los socialistas «se entregan a posiciones radicales», la gente «se aleja» y no les vota. El expresidente Zapatero, respaldo visible de Díaz, coincidió con ella al afirmar que la lección es que el PSOE no debe «parecerse» a Podemos ni estar cerca de proyectos que «solo terminan en nada y frustración».
El ex secretario general Pedro Sánchez, a quien parecen dirigidas esas advertencias, felicitó al vencedor de las primarias, pero también afirmó: «Si la socialdemocracia se desdibuja, los votantes nos abandonan. Solo desde la izquierda y con credibilidad seremos alternativa a la derecha».
«Izquierda resignada»
El tercer precandidato en discordia, Patxi López, ha apostado por la vía del medio. «Nos duele el resultado del Parti Socialiste en Francia -escribió en Twitter-. Pero tenemos que aprender: ni radicalismos estériles ni izquierda resignada», probablemente comparando a Hamon con Sánchez y a Susana Díaz con Manuel Valls, que aplicó medidas liberales cuando gobernó y «se resignó» a apoyar a Macron ya en marzo pasado.
¿Ha sido Hamon «parecido» a Podemos o socialdemocracia desdibujada? El candidato socialista dimitió en agosto del 2014 del Gobierno de Valls como protesta contra las políticas de austeridad. «Fuimos elegidos -dijo en aquel momento- para mejorar la situación de nuestros compatriotas. [...] El rigor presupuestario no nos lo ha permitido». Su propuesta más controvertida, la creación de una renta básica universal, lo hizo asimilable a las izquierdas radicales, pero él mismo modificó tanto el plan original que quedó totalmente desdibujado. Así que tanto el adjetivo radical como el de borroso pueden aplicársele y explicar su fracaso ante la opción más útil de Macron o el radicalismo más convincente de Mélenchon.
El silencio de Podemos
Quien con más efusión ha aplaudido el éxito del candidato centrista francés ha sido Albert Rivera, que considera el ¡En Marche! de Macron un trasunto de Ciudadanos, «un liderazgo nuevo», según dijo.
No se pronunció, en cambio, Pablo Iglesias, quien la noche del domingo escribía en Twitter: «A la espera de lo que pase, apostar por Clinton/Macron (establishment) frente al neofascismo en lugar de Sanders/Mélenchon ya fue un fracaso». La falta de una felicitación explícita ha sentado mal en otros partidos.
Antonio Hernando, portavoz del PSOE en el Congreso, acusó a Podemos de ser «ambiguo en relación con un partido fascista como el de Le Pen». Iglesias contestó irónicamente a sus críticos en Twitter ayer a mediodía: «Gallardón con el Cara al sol en un entierro, C’s con los fachas de Libertas en las europeas 2009, pero Podemos se parece al FN y a Le Pen».
Zapatero afirma que en Cataluña se discrimina a Susana Díaz por ser mujer y andaluza
El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero viajó ayer a Barcelona para hacer campaña en Cataluña a favor de Susana Díaz como futura líder del PSOE, en una comunidad donde la presidenta andaluza no levanta pasiones. El autor de la célebre frase «apoyaré el Estatuto que salga del Parlamento de Cataluña» y que en el pasado contó con un fuerte tirón entre el socialismo catalán, cuando en los mítines llenaba el Palau Sant Jordi junto con Pasqual Margall, sorprendió ayer con un discurso provocador hacia el socialismo catalán, afirmando que en Cataluña hay «prejuicios» contra Susana Díaz por su condición de mujer y de andaluza.
Lo hizo además días después de que el sábado pasado quedara claro que el socialismo catalán está en su mayoría con Pedro Sánchez, que se dio un baño de masas en la capital catalana y se ganó al PSC con guiños ideológicos. Zapatero quiso comparar la figura de Díaz con la de Carme Chacón, recientemente fallecida, pero la analogía, con la que pretendía reivindicar las figuras de las dos dirigentes, le quedó como un reproche hacia el socialismo catalán, o al menos así se lo tomaron en el PSC. «El PSC no tiene ningún tipo de prejuicio, está muy orgulloso de todos los precandidatos y lo seguiremos manteniendo. Los tres tienen una trayectoria política muy relevante, dentro del PSOE y en el conjunto de la política española, por lo que ante ellos no tiene que haber prejuicios de ningún tipo», afirmó Salvador Illa, secretario de organización del partido.
Zapatero abonó el terreno para la visita que la presidenta andaluza hará mañana a territorio catalán, donde cuenta con apoyos en el Baix Llobregat, la zona con más población andaluza.