Los líderes independentistas evitaron comentar el mensaje de Felipe VI después de instar a sus seguidores a boicotearlo con una cacerolada mientras se emitía por televisión
04 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Por si quedaba alguna duda de la situación de ruptura con la España constitucional, los dirigentes independentistas obviaron el discurso del Rey. Puigdemont ni siquiera se dignó dar una respuesta. Sí apareció poco después en una entrevista pregrabada en la BBC en la que reiteró su intención de proclamar la independencia en los próximos días. Tampoco lo hizo el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras. La reacción de los sectores que están impulsando el órdago secesionista vino en un tuit del presidente de Ómnium Cultural, Jordi Cuixart, uno de los nueve miembros del Gobierno en la sombra de Cataluña. «¿Dónde estaba Felipe VI cuando la violencia de Estado hirió a 800 votantes? Y ¿dónde está cada vez que el Tribunal Constitucional vulnera la voluntad democrática de Cataluña?», escribió poco después.
El silencio de los líderes sucedió al ruido con el que los independentistas recibieron el discurso del monarca en las calles. A las nueve de la noche, en el momento en que comenzaba a hablar Felipe VI en televisión, estalló una cacerolada acompañada por los pitidos de algunos viandantes, el sonido de los cláxones de algunos coches y algunos petardos. Esta cacerolada se produce todos los días a las diez de la noche y dura unos diez minutos. Ayer se adelantó una hora para responder al discurso del Rey. Los independentistas habían pedido por las redes sociales que los ciudadanos apagaran la televisión y que no atendieran al mensaje del monarca.
«Le digo al Rey no votado: no en nuestro nombre»
«Como presidente de un grupo parlamentario que representa a más de cinco millones de españoles, le digo al Rey no votado: no en nuestro nombre», manifestó Pablo Iglesias, secretario general de Podemos. Su gran aliada en Cataluña, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, criticó duramente el discurso hasta el punto de tacharlo como «indigno de un jefe de Estado», al considerarlo carente de soluciones y no haber mencionado a los heridos. En este bando también se encuadró Alberto Garzón, máximo responsable de Izquierda Unida, que acusó al rey de «enrocarse en la posición más infame: la falta de política. ¡Viva la república!».
«El rey Felipe VI ha dado la cara por todos»
Desde Ciudadanos apuntaron al jefe del Estado como la figura «que ha dado la cara por todos», valoró Albert Rivera en las redes sociales. «España necesita esperanza y liderazgo. Es momento de actuar para garantizar la unión de todos los españoles». Además de este mensaje en Twitter, en la formación naranja se limitaron a valorar el discurso del Rey a través de un comunicado, en el que consideraron la entrada en escena del monarca como «imprescindible». En él aseguran compartir el «diagnóstico» ofrecido por Felipe VI sobre la crisis, al considerar que las instituciones catalanas se encuentran al margen de la ley.
«Coincidimos en la defensa de la Constitución»
En el PSOE tampoco salió ningún primer espada. El encargado de dar la cara fue Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, secretario de relaciones institucionales y Administraciones públicas del partido, quien «agradeció» la intervención del jefe del Estado «en estos momentos tan delicados». En Ferraz aseguraron coincidir con su discurso en la defensa «de la Constitución, del Estatut, de la legalidad y el Estado de derecho y de la integridad territorial». Por último, pusieron especial énfasis en la idea de «concordia y entendimiento entre todos los catalanes y españoles» como la única solución posible a la crisis, reforzando su tesis del diálogo.
La Casa Real como «garante de la concordia»
El PP fue la primera formación en valorar el discurso del rey Felipe VI. Lo hizo a través de su vicesecretario de comunicación, Pablo Casado, que compareció en Génova para ensalzar el papel de la Casa Real como «garante de la concordia y la convivencia», e insistir en que los responsables de esta situación «tendrán que atenerse a las consecuencias». Casado también aprovechó para hacer una nueva llamada al PSOE a que abandone la ambigüedad de la que se impregnó su discurso los últimos días. «No hay equidistancia: o se está con los que incumplen la ley, o con los que defienden el Estado de derecho».