El desafío independentista provoca un repunte de venta de banderas españolas

ESPAÑA

Grandes superficies y comercios especializados han agotado las enseñas nacionales
07 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Ventanas de particulares, fachadas completas de edificios, viviendas unifamiliares, pazos, comercios... Y hasta funerarias. El desafío secesionista se ha trasladado a Galicia en forma de rechazo con un destacado afloramiento de banderas españolas por toda la comunidad.
Desde la pasada semana, la venta de enseñas rojigualdas ha sufrido tal repunte que son numerosos los establecimientos gallegos que han agotado sus existencias. En algunos de estos comercios, casi a la altura del verano del 2010, cuando España ganó el Mundial de Sudáfrica. Aunque en aquella ocasión existía una previsión de venta que ahora no se dio.
«Hemos agotado existencias en todos nuestros centros gallegos. En el 2010, ya se contaba con que pudiera incrementarse la venta. Sin embargo, en esta ocasión no hubo esa previsión y nos hemos quedado tanto sin banderas como sin tela con esos colores de la que se vende por metro», explican desde El Corte Inglés.
Juan Agrelo, propietario de Ekipos, un comercio especializado en equipamientos deportivos y simbología futbolística en el centro de A Coruña, también se muestra sorprendido: «Ha venido gente de todas las edades... Yo no suelo preguntar mucho, pero sí es cierto que algunos cuando la compraban decían: "Vamos a enseñarles a estos catalanes que estamos con España". Y ya le digo que era gente de diferentes edades y que, aparentemente, no tenían por qué tener la misma ideología», subraya. En su caso, dice que en apenas una semana llegó a vender más de ciento diez divisas, en su mayoría de un metro por metro y medio.
Este llamativo repunte es interpretado por la socióloga Ana Martínez Barreiro como un gesto de marcar territorio. «La bandera es un símbolo que representa a España. Mucha gente sintió que existía una amenaza hacia su país y ante esta especie de ataque al territorio hacen lucir la bandera en su defensa», subraya.














¿Por qué la bandera?
¿Y por qué la bandera?, cabría preguntarse. La socióloga lo explica. «Es simbología. Cuando conquistas un territorio, lo primero que haces es plantar la bandera. En este caso, se pretende marcar la propiedad y la forma de exteriorizarlo es con los colores de la nación».
El politólogo Miguel Anxo Bastos apunta a que, en este caso, incluso se está dando un proceso de eliminación de prejuicios: «En España, a bandeira está moi mal vista por mor do franquismo. Hai décadas, os máis fachas eran os que levaban a bandeira de España. Entendo que hoxe non é así, pero aínda se segue mirando con certa desconfianza a quen a porta. Tamén e corrente identificar a dobre franxa roxa e a amarela con xente dunha determinada condición social. O cal provoca que os doutras clases tamén traten de evitala. Por iso, resúltame máis rechamante que, cos prexuízos que aínda persisten, haxa tanta xente que estes días anda a amosar a rojigualda. Xentes que nada teñen en común máis que sentirse ameazados polo proceso catalanista. É un xesto de posicionarse que case nos obriga a todos».

Coincide en este sentido Bastos con una percepción de la profesora Ana Martínez Barreiro, que abunda en la ausencia de banderas gallegas. «Nadie la ha sacado porque se entiende que, pese a que todos podamos sentirnos más o menos gallegos, lo que aquí está en juego es el futuro del país entero. Por eso, se usa el emblema de la nación y no el de nuestro pequeño territorio». Ese espíritu fue el que llevó a Carlos Rodríguez a exhibir en Baio sus banderas: «Os españois estamos desfasados. Podes ir pola rúa cunha camiseta de Estados Unidos, que ninguén che di nada, pero se amosas unha de España escandalízanse. Eu son moi galego, pero nestes intres hai que amosar que tamén somos todos españois», sentencia.