Felipe VI celebra el quinto aniversario de su llegada al trono con una situación política muy similar a la de sus primeros años
19 jun 2019 . Actualizado a las 11:25 h.«Una monarquía renovada para un tiempo nuevo». Ese fue el lema que condensaba las intenciones con las que Felipe VI asumía la Corona hace ahora cinco años, cuando Juan Carlos I dio un paso atrás y le cedió el testigo. Se buscaba entonces una renovación, insuflar aire fresco, para acallar las voces críticas con una institución dañada por el polémico viaje de su padre a Botsuana y por el caso Nóos, que salpicaba a la infanta Cristina y a su marido, Iñaki Urdangarin.
El rey se marcó como principal objetivo recuperar la credibilidad y la imagen perdida con una monarquía «honesta, íntegra y transparente». Como primer gesto, desde la Zarzuela se anunció que se auditarían sus cuentas anualmente y se reduciría el núcleo de la familia real a los nuevos reyes, sus hijas y don Juan Carlos y doña Sofía. Se impulsó además una normativa sobre regalos. Al mismo tiempo que velaba por la dignidad de la institución, el monarca afrontaba en los primeros compases de su reinado una situación inédita en casi cuarenta años de democracia. La fragmentación parlamentaria -con el retroceso del bipartidismo y la irrupción de dos nuevos partidos- provocó diez meses de bloqueo en la gobernación del país.
La negativa del líder del PP, Mariano Rajoy, vencedor de los comicios del 2015, a intentar la investidura creó un desorden institucional que enturbió las relaciones entre la Moncloa y el palacio de la Zarzuela. Una de las atribuciones que la Constitución reserva al rey es la designación de un candidato a la investidura, previa consulta a los representantes de los grupos representados en el Congreso. El rechazo de Rajoy llevó al monarca a un callejón del que salió ciñéndose a la Carta Magna y sin romper su neutralidad política.
Felipe VI celebra hoy el quinto aniversario de su llegada al trono con una situación política muy similar a la de sus primeros años, con el desafío soberanista como telón de fondo y a la espera de que el panorama político se despeje, con Pedro Sánchez como candidato a la investidura, pero sin los apoyos necesarios para salir elegido.