Unas 80.000 personas, según la Guardia Urbana, 400.000 según la organizadora de la manifestación, se sumaron a la movilización, en la que participaronn PSOE, PP y Ciudadanos, y a la que asistió Vox pese a haber sido vetado
27 oct 2019 . Actualizado a las 23:46 h.El constitucionalismo volvió a las calles de Barcelona. La marcha para decir «¡basta!» al procés, pedir elecciones y escenificar el hartazgo por la deriva independentista tras la sentencia del Supremo congregó a 80.000 personas, según la Guardia Urbana (400.000 según los organizadores). Las cifras quedaron muy lejos de las históricas manifestaciones celebradas en otoño del 2017, cuando los contrarios al secesionismo salieron por primera vez a la calle para exhibir músculo en los momentos más convulsos del procés, quizás porque el españolismo catalán no ve ahora como un riesgo real la segregación del territorio nacional.
La cita de ayer tuvo lugar solo 19 horas después de que el independentismo sacara a la calle, siempre según los cálculos del Ayuntamiento, a 350.000 personas. Las comparaciones iban a ser inevitables. Pero más allá de la guerra de cifras, la tercera gran manifestación de rechazo al secesionismo en Barcelona desde el inicio del procés transcurrió en absoluta tranquilidad y bajo el lema «Por la concordia, por Cataluña: ¡Basta!». Los miles de congregados llenaron la calzada del céntrico Paseo de Gracia, escenario en los últimos días de algunos de más graves altercados.
Las banderas españolas se mezclaron con las enseñas europeas y, sobre todo, con centenares de senyeras, la bandera oficial catalana que el independentismo parece haber orillado definitivamente en favor de la estelada. Los clásicos cánticos de «yo soy español, español» o «Puigdemont a prisión» se mezclaron con nuevos ‘himnos’ como el de los «extintores serán siempre nuestros» en contraposición al grito de guerra de los secesionistas de que «las calles serán siempre nuestras».
Durante dos horas y media, los constitucionalistas se dejaron oír y se sacudieron los complejos en el Paseo de Gracia con Gran Vía, muy cerca de donde horas antes las barricadas de fuego de los independentistas ardían poniendo punto final a la jornada secesionista del sábado.
Societat Civil Catalana (SCC) había puesto el acento desde el principio en que iba a ser una manifestación sin siglas políticas, a pesar de haber invitado a participar a los representantes de todos los partidos no independentistas, con excepción de Vox. De hecho había reservado la cabecera de la manifestación y los parlamentos a personas desconocidas. Pero al final, el desembarco masivo de políticos de los partidos -también, por su cuenta y riesgo del diputado de Vox, Ignacio Garriga- lo copó todo, hasta el punto de que los líderes del PP y Ciudadanos se dejaron ver en las primeras filas. Entre los asistentes destacaron el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell y el de Fomento, José Luis Abalos; el líder del PP, Pablo Casado; o el de Ciudadanos, Albert Rivera. Además, los populares estuvieron representados por la portavoz en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, y el presidente del PP catalán, Alejandro Fernández; Ciudadanos por la portavoz en el Congreso, Inés Arrimadas, y la líder en Cataluña, Lorena Roldán; y el PSC por su primer secretario, Miquel Iceta. También asistió el exprimer ministro francés y concejal en Barcelona Manuel Valls.
El punto central del acto fue la lectura -en castellano, catalán, inglés y francés- del manifiesto «Por el fin de la política de exclusión» en el que SCC exigió «el final del experimento social que ha sido el procés y el final de la forma de hacer política que lo ha engendrado». El presidente de SCC, Fernando Sánchez Costa, puso punto final al acto agradeciendo el trabajo de la policía catalana al grito de «todos somos los Mossos» y pidiendo a la Policía y la Guardia Civil que no se marchen «nunca» de Cataluña. Al mismo tiempo que pronunciaba esas palabras, varios cientos de manifestantes habían abandonado la marcha para dirigirse a la cercana vía Laietana (sede de la Jefatura Superior de Policía, y escenario de los más graves incidentes de los últimos días) para saludar a los agentes.
Manifestación en Bruselas
Un centenar de personas también se manifestaron este domingo en Bruselas para pedir la unidad de España frente al reto secesionista y defender que la región de Cataluña «no es monopolio de los partidos nacionalistas y separatistas».
«Es una manifestación en defensa de la convivencia en Cataluña, en favor de la democracia y el Estado de derecho, como lo es el Estado español», indicó ante la prensa el portavoz en Bruselas de Sociedad Civil Catalana, José Luis Rufas, que convocó la concentración en el barrio donde se encuentran las instituciones de la Unión Europea.
«Cataluña somos todos, eso significa que no es el monopolio de los partidos nacionalistas y separatistas. Es de todos los catalanes y, por tanto, también de los que no son nacionalistas, y que son por cierto mayoría, al contrario de lo que se quiere dar a entender con demasiada frecuencia», agregó.
Según dijo, esta manifestación en Bruselas «tiene mucho sentido» por su cercanía con Waterloo, la localidad «donde se ha refugiado el prófugo (expresidente de la Generalitat, Carles) Puigdemont», y por ser sede de las instituciones de la UE, que «se han alineado de forma unánime con el Estado español».