Zapatero apadrina el pacto con Iglesias y receta a Sánchez diálogo en Cataluña

Luís Pousa Rodríguez
Luís Pousa REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

Jesús Hellín - Europa Press

El expresidente admite que «deseaba que se produjera» la alianza entre el PSOE y Unidas Podemos

17 nov 2019 . Actualizado a las 20:55 h.

Quienes estuvieron en la sala de máquinas del acuerdo exprés suscrito el pasado martes entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias ya habían sugerido que el expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero era uno de los padrinos del pacto entre el PSOE y Unidas Podemos. Zapatero salió este domingo al ruedo para confirmar que «deseaba que se produjera» esa alianza y para dar sus bendiciones a la futura coalición de Gobierno.

Lo hizo en los micrófonos de la Ser, donde habló de «sorpresa» ante el anuncio y aclaró que no se había molestado cuando, en las anteriores negociaciones entre socialistas y rupturistas, Pablo Iglesias hizo público que había sido precisamente Zapatero quien le había aconsejado pedir las políticas activas de empleo para cerrar el pacto con Pedro Sánchez. «Es muy difícil que yo me enfade», se escudó. Pese a sus esfuerzos, entonces no prosperó el acuerdo y hubo que dar un largo rodeo por la repetición electoral para conseguir que Iglesias y Sánchez sellasen con un abrazo el armisticio final.

Pero Zapatero no se limitó a ejercer de padrino de la alianza de izquierdas. El expresidente socialista también se atrevió a proponer recetas para el tema más complejo al que se enfrentará, si cuaja, el futuro Gobierno. Para el exlíder del PSOE la única solución al desafío secesionista pasa por el «diálogo»: «No hay alternativa para la crisis que hemos tenido en Cataluña que no sea el diálogo. Tiene que ser un diálogo abierto y sincero. Un diálogo que no cese, donde cada uno pueda plantear todas las alternativas que hay».

Vuelve el talante

Rodríguez Zapatero, fiel a su libro de estilo, resaltó que hay que conversar «siempre, hasta el último segundo, con el adversario más increíblemente difícil».

En pleno revival de su célebre talante, Zapatero fue tibiamente crítico con los independentistas catalanes. Recurrió a un repertorio de frases más propias de un catequista para invitar a los separatistas a volver al hogar. Como si se tratase de la mismísima parábola del hijo pródigo, explicó que «los independentistas hicieron un viaje a ninguna parte que no tiene retorno, pero la democracia española hace que tengamos que tender el brazo para que vuelvan de ese viaje».

La actual crisis catalana arranca en noviembre del 2003 con su promesa, al calor de un mitin, de tramitar en las Cortes el Estatuto de autonomía «tal cual» saliese del Parlamento de Cataluña y con la posterior campaña del PP contra el texto promovido por el PSC, por lo que los consejos de Zapatero en materia territorial chocan frontalmente con las tesis más ortodoxas de otros tótems de la vieja guardia, como el expresidente Felipe González.