Belarra se presenta para liderar Podemos y conduce al partido hacia la bicefalia

Miguel Ángel Alfonso MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Ione Belarra, Irene Montero y Pablo Iglesias, en una imagen de archivo
Ione Belarra, Irene Montero y Pablo Iglesias, en una imagen de archivo Eduardo Parra | EFE

La ejecutiva se reunirá este viernes para definir el proceso de elección del nuevo secretario general tras la marcha de Iglesias

06 may 2021 . Actualizado a las 21:07 h.

La dirección de Podemos quiere evitar a toda costa que el período de transición abierto tras el adiós de Pablo Iglesias se alargue demasiado. La prioridad es resolver la sucesión y este viernes se reunirá la ejecutiva para fijar la convocatoria de un proceso interno para elegir al nuevo secretario general. La gran favorita es la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, que ya asumió la cartera de Iglesias en marzo, cuando este dejó la Vicepresidencia del Gobierno para ser el candidato morado en las elecciones madrileñas.

Aunque Belarra —bien valorada dentro del partido y sin el desgaste de otros líderes, como la ministra de Igualdad, Irene Montero, cuyo nombre también se barajó— no quiere comunicar su decisión hasta que se establezcan el procedimiento y los plazos, fuentes del partido confirman que ya ha decidido dar el paso adelante y que es la única que lo ha hecho. El relevo tendrá que ser avalado por el voto de los afiliados.

La cúpula de Podemos se reunió el miércoles de urgencia para analizar los resultados de las elecciones madrileñas, en las que pese a mejorar en tres escaños sus datos del 2019 quedaron lejos de la meta marcada al inicio de la campaña. Descabezados y sin la transición tranquila hasta el 2023 que Iglesias había proyectado antes de dejar sus cargos la noche electoral, no están dispuestos a que esta situación se prolongue y se convierta en un período convulso, huérfanos del hiperliderazgo ejercido por Iglesias. La dirección acordó una reforma exprés de las normas internas. La duda es si los estatutos permitirán llevar a cabo este proceso mediante un congreso extraordinario o, por contra, será necesario convocar una Asamblea Ciudadana, el máximo órgano del partido y que sería la cuarta en sus siete años de historia.

Belarra, fiel al núcleo de Iglesias y con una dilatada trayectoria en distintos cargos del partido pese a su juventud, reúne las características, joven y mujer, que Iglesias describió para la «feminización en los liderazgos». «Es una de las personas con mayor conocimiento de la estructura organizativa del partido», la definen en Podemos.

Líder negociadora

Durante esta legislatura, además, ha recibido los encargos de mayor responsabilidad en las relaciones entre los dos socios de la coalición.

Participó en la negociación de los Presupuestos del 2021, que concluyeron con éxito; en las de la prohibición de los desahucios durante el estado de alarma; y las de la futura ley de vivienda, que encabezó frente al equipo del ministerio que dirige José Luis Abalos y que siguen su curso sin avances. Antes de asumir la cartera de Derechos Sociales, ostentaba el cargo de Secretaria de Estado para la Agenda 2030, la mano derecha de Iglesias en el ministerio.

Pese a todo, la dirección de Podemos guarda silencio desde la noche del 4 de mayo. La agenda de prensa a través de la que suele anunciar las convocatorias también está en blanco desde aquel día y para hoy no se espera ninguna comparecencia. Sin novedades y hasta que se convoque el proceso de elección, la ejecutiva morada —órgano formado por unas 20 personas fieles a Iglesias— llevará las riendas de la formación durante este período.

Mientras tanto, la vicepresidenta tercera, Yolanda Díaz, que no está afiliada al partido y fue señalada por el propio Iglesias para la candidata de Unidas Podemos en las elecciones generales, permanece centrada en su labor como ministra de Trabajo y evita hablar de cualquier tipo nominación.

La idea que maneja la directiva es que asuma el mando de la coalición (que está formada por Podemos, En Comú Podem, Galicia en Comú e Izquierda Unida) desde dentro del Gobierno, de modo que se haga efectivo un liderazgo bicéfalo.

Esto permitiría a Belarra, en el caso de ser elegida secretaria general, liberarse de la tarea de encabezar las relaciones con el PSOE dentro de la coalición y centrarse, así, en la reconstrucción de Podemos de cara a las próximas generales, las primeras del partido sin Iglesias al frente. Entre las mayores urgencias, tratar de paliar la debilidad territorial que afecta a Podemos desde el 2018 y mantener las buenas relaciones con las formaciones que permanecen dentro de la coalición.