La voluntaria de Cruz Roja que consoló a un migrante en Ceuta cierra sus redes ante la oleada de insultos racistas y xenófobos

Una crisis como la vivida en Ceuta ha dejado imágenes para la posteridad. Instantáneas que recogen la solidaridad de voluntarios y militares que han llegado a poner en peligro sus vidas para salvar a otros. Una de las más virales ha sido la Luna Reyes, una trabajadora de Cruz Roja que reconfortó a un joven subsahariano que acaba de llegar a la playa del Tarajal, el pasado martes. «Lloraba, se le caía la baba y antes de abrazarme se estaba apedreando la cabeza. Se quería matar». Así resumía la joven, una madrileña de 20 años, desplazada a Ceuta de donde es su madre, el momento captado en lo que ya es una imagen icónica.

Su gesto ha sido reconocido por muchos, como el que también protagonizó Juan Francisco, un submarinista de la Guardia Civil que salvó a un bebé de morir ahogado. Pero a Luna Reyes también le han llovido amenazas e insultos racistas y xenófobos que le han llevado a cerrar sus redes sociales.

Luna reconoce que quiere estar tranquila. Aquel joven «merecía más que un abrazo», según reconoció la propia voluntaria. El acoso que ha sufrido por algunos también ha generado un campaña en las redes con el hashtag #OrgulloLuna y #GraciasLuna, para contrarrestar las manifestaciones xenófobas y machistas que ha recibido.

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