Sánchez se la juega en unas primarias andaluzas que Díaz le puede complicar

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Susana Díaz y Pedro Sánchez en el debate de candidatos a las primarias socialistas en el 2017
Susana Díaz y Pedro Sánchez en el debate de candidatos a las primarias socialistas en el 2017 Benito ordoñez

Temor en Ferraz a una derrota del oficialista Espadas que reforzaría a los críticos

06 jun 2021 . Actualizado a las 13:18 h.

«Tu problema no soy yo, Pedro. Tu problema eres tú». Era hace tres años. En mayo del 2017. La entonces poderosa presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, se dirigía en estos términos a Pedro Sánchez en el debate de las primarias para elegir al líder del PSOE. Unos meses antes, Díaz había encabezado una rebelión de la ejecutiva que desalojó a Sánchez de la secretaría general. «Tu problema es que hace dos años elegiste una ejecutiva de 38 miembros, de los cuales solo quedan siete trabajando contigo. Zapatero, que te apoyó muchísimo, ya no se fía de ti. Felipe González, que te ayudaba y aconsejaba, piensa que lo has engañado», le espetó entonces.

La lideresa andaluza tenía el apoyo de la mayoría del aparato, de los barones y de la vieja guardia. Y su victoria sobre un Sánchez que pretendía renacer de sus cenizas apelando a la militancia parecía clara. Pero ganó Sánchez. Tres años después, la situación es la contraria. Sánchez es todopoderoso en el PSOE y lleva mucho tiempo tratando de que Díaz renuncie en Andalucía tras perder la presidencia de la Junta. Díaz apenas tiene apoyos orgánicos y trata de ganarle las primarias para elegir al candidato a Juan Espadas, alcalde de Sevilla, patrocinado por Sánchez, presentándose como la candidata de la militancia contra el aparato. El 13 de junio se comprobará cómo acaba la reedición del duelo.

¿Puede ganar Susana Díaz las primarias?

«Las primarias las carga el diablo». Eso es lo que repiten en el equipo de Díaz. Y no les falta razón. La tradición en el PSOE es que quien se presenta en contra del oficialismo tiene muchas posibilidades. Así ganó Borrell a Almunia. Y así ganó Sánchez, primero contra Madina y luego contra la propia Díaz. En Ferraz y en Moncloa admiten que el resultado es impredecible. Espadas es el favorito. Pero el calendario juega en su contra. En la dirección del PSOE temen que Díaz recoja el descontento de una parte importante del socialismo andaluz —que siempre ha defendido la unidad de España y cuestionado los privilegios a Cataluña—, con los indultos a los presos del procés. Las primarias no llegan en el mejor momento para Sánchez, después del patinazo con la moción de censura de Murcia, que provocó una derrota en las elecciones de Madrid con el peor resultado histórico del partido en esa comunidad. Díaz ha llegado incluso a llamar a votar «en libertad», plagiando el eslogan de Ayuso contra Sánchez. Aún así, Espadas, un político templado y conciliador, parece por delante en este momento.

¿Qué significaría para Sánchez una victoria de Susana Díaz?

Sánchez no se presenta, pero se juega mucho en estas primarias. Que su candidato —aunque Espadas no lo sea oficialmente— pierda, le complicaría las cosas de cara al futuro. Sánchez y los suyos presentaban el próximo congreso nacional del PSOE, previsto para octubre en Valencia, como un paseo militar en el que no habría oposición alguna y en el que el líder del partido se haría definitivamente con el control de todos los territorios. Además de haber quemado la figura de Espadas, la derrota supondría que Díaz podría plantarle cara a Sánchez desde Andalucía y tratar de encabezar un movimiento crítico, no solo en ese territorio, que rechaza el modelo cesarista de liderazgo que ha puesto en marcha Sánchez. Los críticos cuestionan también que toda la estrategia política se ponga en manos de un asesor como Iván Redondo, que trabajó antes para el PP y cuyo modo de tomar decisiones se basa más en la táctica que en lo ideológico. Llegar a ese congreso con la federación andaluza en contra obligaría a Sánchez abandonar sus planes de tomar el control absoluto y le forzaría a pactar. Se presentaría a ese congreso con el lastre de dos derrotas. La de Madrid, y la interna en Andalucía. Eso hace que, pese al optimismo sobre el triunfo de Espadas, en Ferraz haya crecido la preocupación.

¿Por qué ha forzado Sánchez las primarias en Andalucía?

El momento no es el mejor para Sánchez, inmerso en la polémica por los indultos, con la recuperación económica todavía sin consolidar y con una remodelación del Gobierno a la vista. Pero el líder del PSOE teme que el popular Juan Manuel Moreno adelante las elecciones emulando a la madrileña Isabel Díaz Ayuso, lo que podría haberle obligado a admitir que Susana Díaz repitiera, para no entrar en una precampaña electoral en plena batalla interna. Sánchez, en todo caso, esperará a que se celebren las primarias andaluzas antes de decidir sobre los indultos y de cambiar luego su Gabinete.

 ¿A quién beneficia que haya tres candidatos?

En la batalla andaluza habrá tres nombres. Además de Díaz y Espadas, el profesor de Economía de la Universidad de Sevilla Luis Ángel Hierro ha superado el mínimo del 2 % de los avales respecto al censo total, que equivale a 931 firmas. La división del voto siempre perjudica al favorito. Así ocurrió con Madina, cuando en su batalla con Sánchez se coló un tercero, José Antonio Pérez Tapias, y con la propia Díaz, cuando Patxi López fue el tercero en su pugna con Sánchez. Pero ese efecto se amplía con el sistema a dos vueltas que se va a utilizar en Andalucía. El ganador debe superar el 50 % el 13 de junio para ser declarado candidato. Algo difícil de lograr con tres aspirantes en liza. Si no lo consigue, los dos con más votos irán a una segunda vuelta el 20 de junio, en la que el que más votos tenga será el ganador. Pero incluso aunque Espadas gane estas primarias, el porcentaje por el que lo haga será muy importante. Si la victoria es muy clara (por encima dele 60 %) Díaz se retiraría y el partido quedaría en manos de una gestora hasta que el congreso regional de finales de año lo ratificara como secretario general. Pero si el triunfo es muy ajustado (51 %-49 %), entonces Díaz podría tratar de seguir como secretaria general y el candidato Espadas tendría que convivir con ella hasta que el congreso regional dirima la batalla.

¿Qué representa Andalucía para el PSOE?

Mucho. Es la comunidad que más escaños aporta al Congreso (61). En las pasadas elecciones generales, el PSOE logró 25 y el PP solo 15. Con los populares disparados en las encuestas en Andalucía tras la llegada de Juan Manuel Moreno a la presidencia de la Junta, Sánchez necesita un líder fuerte en esta comunidad si quiere ganar las generales. Andalucía aporta también un 25 % del total de compromisarios para el próximo congreso nacional del PSOE. Si Díaz gana las primarias, el congreso se le complicaría mucho a Sánchez, porque los delegados también son elegidos directamente por las bases.