Solo decenas de personas arropan a los indultados del «procés» antes de la recepción en la Generalitat

Cristian Reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

El rey Felipe VI con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau,  y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, este lunes en el Mobile World Congress
El rey Felipe VI con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, este lunes en el Mobile World Congress ALBERT GEA | REUTERS

Aragonès protagonizó un segundo desplante al rey en 24 horas al no recibirlo a su llegada al Mobile World Congress

29 jun 2021 . Actualizado a las 00:15 h.

Atrás queda la plaza de Sant Jaume repleta de independentistas ondeando esteladas frente al Palau de la Generalitat. Este lunes, cinco días después de salir de la cárcel, indultados por el Gobierno central, los nueve presos del procés solo fueron arropados por unas decenas de secesionistas antes de ser recibidos con «honores» por el Gobierno catalán y en el Parlamento autonómico, por haber estado dispuestos a ir a prisión «en nombre de Cataluña».

A pesar de que han sido excarcelados en virtud de una medida de gracia concedida por el Ejecutivo central y no gracias a que Cataluña ya es independiente, como decían cuando fueron condenados, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, los presentó como «víctimas de una injusticia» y como el referente de la lucha por la libertad. «Lo habéis dado todo» para que el pueblo de Cataluña pueda decidir su futuro, dijo el presidente de la Generalitat en un acto solemne en la sede del Gobierno catalán. Por esa razón cree que son un referente, obviando que se saltaron la ley y declararon la independencia contra más de la mitad de la población.

«No tenéis que pedir perdón por nada», les agradeció. «Algún día el Estado deberá pediros perdón», remató el vicepresidente, Jordi Puigneró, de Junts.

Aragonès se comprometió ante los nueve indultados a «perseverar» hasta hacer «inevitable» la amnistía y la autodeterminación. «Que nadie se equivoque», advirtió el presidente catalán, el objetivo de la república independiente es «irrenunciable». Lo dijo 24 horas antes de viajar a Madrid para reunirse por primera con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la Moncloa. De la cita, el Gobierno espera que salga la fecha para la reanudación de la mesa de diálogo, aparcada desde febrero del 2020. El presidente catalán, como sus antecesores secesionistas, comparecerá desde la delegación de la Generalitat en Madrid y no desde la Moncloa. 

Independencia o autonomía

Este mismo lunes, Sánchez reclamó a Aragonès que aparque las reivindicaciones soberanistas porque de lo contrario la mesa de diálogo no podrá avanzar, pero el presidente de la Generalitat fue muy claro, en respuesta al jefe del Ejecutivo central. «Seguimos empeñados en conseguir la independencia», avisó. La respuesta también iba en clave interna, pues sus socios de Junts tienen la mosca detrás de la oreja por los movimientos de ERC (incluso insinúan que los republicanos han podido pactar renuncias a cambio de los indultos) y le presionan para que no convierta la mesa de diálogo en un foro de negociación de traspasos autonómicos. En la formación posconvergente no acaba de gustar la distensión y el deshielo que han iniciado el Gobierno y la Generalitat y que este martes se ponen a prueba en la reunión en la Moncloa.

La guerra entre los dos socios sigue latente. ERC dio hoy por hecha una reunión entre Junqueras y Puigdemont el 6 de julio en Estrasburgo y Junts enfrió esa posibilidad. Antes del encuentro en la Moncloa, Aragonès reclamó a Sánchez que se ponga fin a la «ofensiva judicial» contra el independentismo. En concreto, reclama al Gobierno que la Abogacía del Estado se aparte como acusación en el Tribunal de Cuentas, pendiente de fijar la responsabilidad contable en el presunto desvío de fondos para las denominadas embajadas catalanas y el Diplocat para promocionar el procés en el extranjero.

Y pidió además al presidente del Gobierno que asuma que con los indultos «no se acaba nada» y que la solución al conflicto solo pasa por un referendo sobre la independencia. 

Gobierno poliédrico

Pere Aragonès concentró este lunes en solo un día el tono que quiere imprimir a su mandato. Una presidencia poliédrica, según la cual por la mañana dio los primeros pasos hacia el restablecimiento de una cierta normalidad institucional, coincidiendo con el rey y con el presidente del Gobierno en la inauguración del Mobile World Congress, en Barcelona, y por la tarde elevó la retórica secesionista en el homenaje a los presos.

Por segundo día consecutivo, el presidente de la Generalitat hizo gestos de distensión, tras haber compartido mesa y mantel con Felipe VI y Sánchez el día anterior, pero al mismo tiempo protagonizó un nuevo desplante al jefe del Estado, al que se negó a recibir a la entrada del recinto ferial, antes de la inauguración del salón tecnológico.

El dirigente secesionista volverá a plantar al rey este jueves en Barcelona. El monarca presidirá, junto a la reina y sus hijas, la entrega de los premios de la Fundación Princesa de Girona.

El Gobierno afirma que acudirá a todos los actos relevantes que se celebren en Cataluña, esté o no el rey. En este caso, considera que es un acto para ensalzar la monarquía.