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El error de un diputado del PP salva la reforma laboral

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

El susto que le dio Batet al Gobierno en la votación de la reforma laboral
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El parlamentario popular votó a favor y los dos diputados de Unión del Pueblo Navarro (UPN) en contra, contraviniendo la orden de su partido. El decreto sale adelante por un solo voto. Los socios del Gobierno rechazan la norma, pero mantienen su apoyo a Sánchez

04 feb 2022 . Actualizado a las 20:12 h.

El error del diputado del PP por Cáceres Alberto Casero salvó este jueves la convalidación de la reforma laboral, que salió adelante en una rocambolesca votación. Aunque Unión del Pueblo Navarro (UPN) había ordenado a sus dos diputados que apoyaran el decreto, estos rompieron la disciplina y votaron en contra. Solo el error del parlamentario popular salvó al Gobierno del desastre. El diputado, que votó telemáticamente, aseguró que lo hizo a favor y que se trataba de un error informático. Casero comunicó su error a la presidenta del Congreso antes de que tuviera lugar la votación presencial, pero Meritxell Batet no permitió que se rectificara, a pesar de que el PP lo solicitó. El reglamento del Congreso establece que «el diputado que hubiera emitido su voto mediante el procedimiento telemático no podrá emitir su voto presencial sin autorización expresa de la Mesa de la Cámara que, en el supuesto en que decida autorizar el voto presencial, declarará el voto telemático nulo y no emitido».

Al final, fueron 175 votos a favor y 174 en contra. La mayoría de la investidura que llevó a la presidencia del Gobierno a Pedro Sánchez sufrió su mayor quiebra de la legislatura. El decreto salió adelante sin el apoyo de ninguno de los socios principales del Gobierno y gracias a los votos de dos partidos de derechas como Ciudadanos y el PDECat.

Alberto Casero Ávila, diputado del PP por Cáceres
Alberto Casero Ávila, diputado del PP por Cáceres

Los dos parlamentarios de UPN confirmaron haber votado en contra, desatendiendo así la orden de la dirección de su partido de apoyar el decreto. Hubo en total 175 votos a favor (PSOE, Unidas Podemos, Ciudadanos, PDECat, Más País, Compromís, Nueva Canarias, Coalición Canaria, Teruel Existe, Partido Regionalista de Cantabria y el error del diputado del PP), y 174 en contra. El voto de rechazo conformó un grupo heterogéneo en el que se alinearon Vox y el PP junto con ERC, EH Bildu, CUP, BNG, PNV, Junts, Foro Asturias, UPN y el diputado escindido de Cs, Pablo Cambronero. Pese a la división entre los socios del Ejecutivo, tanto ERC como EH Bildu y el PNV expresaron su deseo de reconstruir la mayoría de investidura y descartaron que el desencuentro pueda poner en peligro la estabilidad de la legislatura.

Batet da un susto al Gobierno

La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, provocó un tremendo susto en las filas del Gobierno al anunciar por error tras el recuento que la reforma no salía delante y el decreto quedaba derogado. El equívoco se subsanó de inmediato tras ser advertida la presidenta de la cámara por los servicios jurídicos del Congreso. Pero, para ver aprobada la reforma, el Gobierno tuvo que contener la respiración hasta el último momento, porque los dos diputados navarros de UPN dejaron claro antes de la votación que no compartían el voto a favor que les imponía el presidente de su partido, Javier Esparza. 

«Me cuesta mucho defender una posición que no comparto, defender una decisión que ha tomado mi presidente», señaló el diputado de UPN Sergio Sayas. Y su compañero, Carlos García Adanero, calificó de «error tremendo» la posición de su formación y señaló que deberían haber votado en contra. Para mostrar su discrepancia, ambos renunciaron a intervenir en el debate. La dirección de UPN pretende ahora que los dos diputados renuncien a su acta, pero ellos aseguran que no lo harán. 

El Ejecutivo de coalición tuvo que escuchar además un alud de críticas, no solo por parte de los grupos de la oposición, sino también de sus socios de investidura por el contenido de la reforma, que consideran insuficiente, por la falta de diálogo, y por haber incumplido su propio programa, en el que prometían la «derogación» de la ley aprobada por el PP.

Rufián: «Hoy no se acaba el mundo»  

La mayor decepción del Gobierno, y especialmente de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, fue el voto en contra de ERC. La ministra de Trabajo dio incluso las gracias al PNV por su «diálogo», a pesar de su voto en contra, porque, según dijo, ha negociado «en serio». Reprochó por el contrario a los republicanos catalanes que no quisieran discutir siquiera sus propuestas y que se opusieran a la reforma por «intereses personales y rivalidades partidistas». Díaz admitió su fracaso al no haber sido capaz de convencer a los que se han opuesto finalmente a la convalidación del decreto de la trascendencia de lo que calificó como una «reforma profunda» de la legislación laboral aprobada en el 2012 por el Gobierno del PP.

El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, evitó el choque total con el Gobierno y aseguró que «hoy no se acaba el mundo» porque tendrán que seguir dialogando para evitar «la alternativa» en referencia a un Gobierno del PP. El diputado republicano optó por dirigirse no al Ejecutivo, sino a los trabajadores, para explicarles que su voto en contra se debe a que la reforma presentada es una «estafa», ya que la indemnización por despido improcedente sigue exactamente igual que antes y a que los salarios de tramitación o se recuperan. Los mismos argumentos defendió el portavoz de EH Bildu, Oskar Matute, que llamó también a «recomponer» la mayoría de investidura y el bloque de izquierda tras su voto en contra.

La reivindicación del PNV se centró sin embargo en la exigencia no atendida de que los convenios autonómicos prevalezcan sobre los estatales. El Congreso ha sido escenario de un duro enfrentamiento entre ERC y En Comú Podem, que hasta ahora había actuado como socio de los republicanos en Cataluña aprobado los Presupuestos de la Generalitat. Y también se evidenció la fractura entre Unidas Podemos y EH Bildu, que hasta ahora habían mostrado sintonía en el Congreso.

Duras críticas del BNG

El diputado del BNG, Néstor Rego, justificó su voto en contra asegurando que la reforma «decepcionante y fraudulenta» no solo no deroga la reforma laboral del PP, sino que «consolida sus aspectos más lesivos», por lo que será el Gobierno quien tendrá que explicar por qué se aprueba «con los votos de la derecha ultraliberal». Y también la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, censuró desde Galicia que el PSOE y Unidas Podemos, «prefieran apoyarse en Cs y los socios de la derecha» en lugar de en el «bloque de la investidura»

El PP carga contra Yolanda Díaz

La portavoz del PP, Cuca Gamarra, se mostró «orgullosa» de la reforma laboral que aprobó el Gobierno de Mariano Rajoy y afirmó que veía «insegura» a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, porque «sabe que ha traicionado a los suyos», ya que llegó al Gobierno «como la líder de los piquetes y para todos ellos ahora está al frente de la troika». Le advirtió además de que ha sido víctima de las maniobras de Pedro Sánchez, que ha comenzado una campaña en su contra, por lo que acabará, según dijo, igual que la exvicepresidenta Carmen Calvo y el exministro José Luis Ábalos.

E Inés Arrimadas, líder de Ciudadanos, justificó su voto a favor como un ejemplo de «sensatez» y «responsabilidad de Estado», destacando que gracias a su partido, EH Bildu y ERC «no han conseguido meter las zarpas» en la reforma laboral y «han perdido poder de negociación».