El sucesor del presidente de la Xunta tiene que ser diputado, según la ley
22 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.La crisis desencadenada en el PP por el enfrentamiento entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso ha devuelto a la primera línea de la política nacional a Alberto Núñez Feijoo. El presidente de la Xunta, que luce los galones de cuatro mayorías absolutas, es objeto de llamamientos desde dentro y fuera del partido para que acuda al rescate de un PP «en situación de colapso», según su propio diagnóstico.
Los llamamientos no son nuevos. En el 2018, tras la moción de censura que puso fin a la presidencia de Mariano Rajoy, Feijoo ya aparecía como una opción segura para conducir el partido y evitar su fractura interna, un temor que ahora se ha hecho real.
Aunque el debate sobre su sucesión llevaba años vivo, el presidente gallego rechazó las invitaciones del 2018, entre otros motivos, porque no se habían hecho los preparativos de su relevo. Hoy la situación del PPdeG, señalan fuentes del partido, es similar. Los equilibrios provinciales se han mantenido y sigue sin despuntar con claridad una figura que garantice nuevas mayorías absolutas.
La ley tiene mecanismos para reemplazar al presidente en caso de incapacidad para ejercer el cargo. En esa situación, el mando pasaría al vicepresidente primero, Alfonso Rueda. Pero más allá de esa normativa pensada para imprevistos, el PPdeG tiene una holgada mayoría absoluta de 42 parlamentarios con la que gestionar un relevo ordenado.
Uno de los 42 diputados del PP
Aunque fuentes del PP lo consideran un escenario «casi impensable», si Feijoo dejase Galicia el sustituto tiene que ser uno de esos 42 diputados. Así lo establece el artículo 15 de la Ley 1/1983, de 22 de febrero, reguladora de la Xunta y su Presidente: «El Presidente de la Xunta será elegido por el Parlamento Gallego de entre sus miembros». Y solo dos de los 42 son miembros del Gobierno de la Xunta: el vicepresidente Rueda, titular de Presidencia, Justicia y Turismo; y su homólogo Francisco Conde, responsable de Economía, Empresa e Innovación. Esa circunstancia los situaría en puestos de salida, pero no se puede descartar a otras figuras como Pedro Puy, que ya aparecía en el 2016 en las quinielas de la sucesión.
Si el escenario «casi impensable» se materializa, el relevo será casi con seguridad menos turbulento que el de Manuel Fraga, que cedió el timón a Feijoo después de que este derrotase a Xosé Manuel Barreiro. Fraga fue testigo del proceso cuando ya estaba debilitado tras perder la presidencia de la Xunta un año antes.
No es el caso de Feijoo, que está en el cénit de su liderazgo tras su cuarta, y holgada, mayoría absoluta. El PPdeG, como dijo ayer Miguel Tellado, acatará lo que decida. El secretario general, que no quiso entrar en «futuribles», se definió como solo «un marinero» cuando le preguntaron por la posibilidad de que Feijoo volase a Madrid y, recordó, «donde hay patrón no manda marinero».