El ala socialista del Gobierno pide a Podemos que deje de mirarse «el ombligo» en la crisis de Ucrania

¿Quién manda en Unidas Podemos? E incluso, ¿quién manda en Podemos? La desconcertante multiplicidad de mensajes que se emiten desde el socio minoritario del Ejecutivo en torno a la posición de España sobre la guerra de Ucrania y el envío de armas, llevó este viernes al ala socialista del Gobierno a pedir a Unidas Podemos que deje de mirarse «el ombligo» ante una crisis «muy grave». Por un lado, la ruptura es cada vez más evidente entre la vicepresidenta segunda y máxima representante de Unidas Podemos en el Ejecutivo, Yolanda Díaz, que respalda sin fisuras el envío de armamento decidido por el jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, y los ministros de Podemos, que insisten en calificar de «error» esa medida, a pesar de ser la misma que han tomado los principales países de la UE.

Pero, por otro, en el ala socialista sorprende el hecho de que, a pesar de que, tal y como reconoció la propia Yolanda Díaz, «todos» los ministros del sector de Unidas Podemos fueron avisados con anterioridad del giro en lo que afecta al envío de armamento ofensivo, y se mostraron conformes, tanto la titular de Derechos Sociales y secretaria general de Podemos, Ione Belarra, como la ministra de Igualdad, Irene Montero, criticaran Sánchez cuando hizo el anuncio.

Una actuación que en el PSOE atribuyen al hecho de que el exvicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, muy activo en redes sociales y en el programa de televisión que conduce, sigue marcando la pauta en el partido morado con una posición muy crítica respecto al envío de armas y al seguidismo de España respecto a la posición de la Unión Europea en este conflicto.

Yolanda Díaz toma distancia

E incluso en Izquierda Unida parece haber división, porque mientras la portavoz federal, Sira Rego, critica el envío de armas, el ministro Alberto Garzón, líder de IU, parece estar más alineado con las tesis de Díaz y con los catalanes de En Comú Podem, que apoyan la posición de Sánchez. En todo caso, el portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, aclaró ayer que la estabilidad de la coalición no peligra.

La atomización en el discurso del socio minoritario llega a pocas semanas de que Yolanda Díaz, que no pertenece a Podemos, inicie el proceso para impulsar una plataforma con vocación transversal que trascienda las siglas de la formación morada. Una disolución en un frente común al que se resisten dirigentes de Podemos, que el 11 de marzo afronta una decisiva reunión de su consejo ciudadano estatal para definir una postura oficial en torno a la invasión de Ucrania.

Aunque Pedro Sánchez ha optado por obviar la quiebra entre sus socios de Gobierno, poniendo el acento en que todos están de acuerdo en criticar la invasión de Ucrania por parte de Rusia, el Ejecutivo lanzó ayer un toque de atención a sus socios exigiendo «altura de miras antes esta agresión sin precedentes», que consideró «muy grave». «Mirarnos el ombligo no es lo importante», advirtió la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros. En todo caso, la ministra reiteró que el Ejecutivo «se expresa con una única voz», que la del presidente Sánchez.

En el debate entró este viernes otra figura influyente en Podemos. El expresidente del Ejecutivo socialista José Luis Rodríguez Zapatero afirmó que la invasión de Ucrania por parte de Rusia, que consideró «contraria a todos los principios de la legalidad internacional», requiere «medidas excepcionales» como el envío de armamento ofensivo, pero «respetando todas las opiniones», incluida la de los partidos que mantienen el «no a la guerra».

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