Adiós a la quinta del Peugeot: El fin del equipo inicial de Sánchez

Francisco Espiñeira Fandiño
F. Espiñeira REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a la presidenta del PSOE, Cristina Narbona (izq) y Adriana Lastra, exvicesecretaria general del partido (dcha)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a la presidenta del PSOE, Cristina Narbona (izq) y Adriana Lastra, exvicesecretaria general del partido (dcha) BENITO ORDOÑEZ

Casi todo el núcleo duro de Sánchez se ha desintegrado

21 jul 2022 . Actualizado a las 19:56 h.

El comité federal del sábado supondrá el entierro definitivo de toda una época en el PSOE. Con la salida de la sala de mandos del partido de Adriana Lastra se cierra un turbulento período de luchas internas que arrancó en el 2016, cuando Pedro Sánchez convirtió el «no es no» en su divisa y salió despedido de la dirección de la formación, a la que había llegado gracias a los votos de Susana Díaz para revertir la caída de apoyos iniciada en el 2011 tras los recortes anunciados por Zapatero tras negar decenas de veces el impacto de la crisis de la burbuja inmobiliaria.

Sánchez fue despojado del cargo de secretario general en una turbulenta jornada en la que llegó a colocar una urna detrás de una cortina para intentar forzar una votación que frenara a los barones del partido que le exigían desbloquear la investidura de Mariano Rajoy.

Pocos años antes, como un outsider cualquiera, el ahora presidente había recorrido buena parte de España tirando de su agenda de la época en la que ejerció como fontanero de Pepe Blanco en la sala de máquinas, donde pocos vislumbraban su potencial electoral, aunque el de Palas fue colocándolo primero como concejal en Madrid y, desde el 2009, como diputado en el Congreso.

Por eso, tras ser despedido por los suyos y después de una semana de denuncias contra los «poderes ocultos» que le habían castigado con un humillante despido, echó mano de la misma agenda de contactos y apenas respondieron un puñado de incondicionales.

La primera en contestar fue Adriana Lastra. Juntos colgaron en sus redes sociales un selfi en el que anunciaban que paraban a tomar un café antes de ponerse en marcha. En segundo plano se veía un Peugeot familiar, el precedente lejano del Falcon, que bautizó al grupo de incondicionales del ahora presidente: la quinta del Peugeot.

Adriana Lastra y José Manuel Ábalos se encargaron de activar todos sus contactos en el partido. Juan Manuel Serrano, ahora presidente de Correos, ejercía como jefe de gabinete junto a una periodista que aún se mantiene en el partido. E Iván Redondo ejercía de consejero para todo, a pesar de las suspicacias que despertaba su pasado como asesor del PP. Un poco más lejos había otros colaboradores, como Carmen Calvo, que aportaban su carné de socialista de toda la vida y exministra de Zapatero.

Todos ellos se fueron del entorno de Sánchez antes que la propia Adriana Lastra. Antes incluso habían abandonado al presidente Óscar López, Antonio Hernando y César Luena, sus amigos inseparables. En Ferraz solo sobrevive Santos Cerdán. Al menos hasta el sábado.