Dedicó buena parte de su réplica Pedro Sánchez a menospreciar la gestión de Alberto Núñez Feijoo en la Xunta recordándole que hubo un año en el que hizo solo dos viviendas públicas, que, cierto es, es un pésimo dato, pero que no dejan de ser dos viviendas pública más de la que ha hecho Sánchez en sus cinco primeros años como presidente del Gobierno, lejos de las 200.000 prometidas inicialmente y de las más de 100.000 que ha vuelto a anunciar en plena precampaña. El socialista olvida que las competencias de vivienda son de las comunidades autónomas y los ayuntamientos, responsables últimos de las licencias. Sánchez pensará, como el tango, que cinco años no son nada.
Pero, más allá del rifirrafe entre los dos aspirantes a gobernar España el próximo cuatrienio, lo cierto es que queda la duda sobre el supuesto cambio de modelo productivo que se iba a producir en España gracias al maná de las ayudas europeas, de las que por cierto, se ocultan los datos reales de ejecución y algunas partidas se ha.lan bajo sospecha. Si ahora volvemos a dedicar esos fondos extraordinarios al ladrillo y proyectos como los PERTE del automóvil no acaban de despegar, la conclusión es que España seguirá dependiendo de la construcción y el turismo y se alejará de países como Irlanda o Portugal. La campaña arranca con fuerza y aunque al PSOE le sonría el CIS, la incertidumbre domina a los dos grandes partidos.