Aragonès expulsa a los Reyes Católicos

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ESPAÑA

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, este martes tras la reunión de su Gobierno,
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, este martes tras la reunión de su Gobierno, David Zorrakino | EUROPA PRESS

Retiran los murales de principios del siglo XX que vinculan Cataluña con el Estado

01 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La sala Sant Jordi, el espacio más solemne del Palau de la Generalitat, «se independiza» de España. Este salón, que es donde, por ejemplo, toman posesión los nuevos consejeros del Gobierno o donde Puigdemont presentó su consejo para la república, inicia mañana, 2 de mayo, las obras para retirar algunos murales que cubren sus paredes y su bóveda. Son pinturas que expertos en patrimonio han concluido que no tienen demasiado valor artístico y además no guardan ninguna conexión con el estilo renacentista de estas dependencias del palacio. Estas pinturas son del siglo XX, encargadas durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera cuando el actual palacio de la Generalitat era la sede de la Diputación.

La idea de retirar los murales no parte del actual Gobierno catalán. Ya en época de Jordi Pujol empezaron a darle vueltas. Fue bajo la presidencia de Quim Torra, en lo más agudo del procés, cuando se tomó la decisión de quitar las pinturas, y es Pere Aragonès quien ejecuta las obras. Se quiere dejar la estancia tal y como estaba en 1616 y, de paso, borrar el pasado español. Y es que algunas de las obras —más de 24 grandes murales y 45 pequeños— plasman una lectura de la vinculación de Cataluña con la historia de España. Así, uno de los murales representa el recibimiento que hicieron los Reyes Católicos a Colón en Barcelona a su regreso de América. Un acontecimiento que, por cierto, se produjo en la plaza del Rey, a escasos cien metros de la plaza Sant Jaume, donde está el Palau de la Generalitat.

Mitificar la realidad

De hecho, hace una década hubo polémica porque el Museo de Historia de Barcelona, dependiente del Ayuntamiento, denegó el permiso para el rodaje de la serie Isabel en esta histórica plaza. El motivo fue que la producción de TVE «mitificaba la realidad histórica».

Otro de los murales que pasará a mejor vida —se guardarán en un almacén— hace referencia a la batalla de Lepanto, y hay un tercero que recrea el Compromiso de Caspe (aragoneses, catalanes y valencianos eligieron rey a Fernando I de Aragón, abuelo de Fernando el Católico).

Los trabajos se prolongarán durante 16 meses y tienen un coste de dos millones. Eduard Riu Barrera, historiador y miembro de la comisión de expertos que en el 2019 recomendó su retirada, dijo entonces que las pinturas no son artísticas, sino «ideológicas» y muy «connotadas». El catedrático de Historia del Arte Marià Carbonell escribió en el 2015 que lo que hay en esas obras es una «exaltación de la unidad histórica, política y religiosa de la nación española» (incluida Cataluña). Y eso es lo que más chirría a los dirigentes nacionalistas catalanes. «La decoración actual del salón de Sant Jordi es una herencia de la Diputación primorriverista», afirmaba.

«Historia españolizada»

Las obras son de 1926 y de 13 artistas. El presupuesto fue de 340.000 pesetas y un año de ejecución. Según señaló el citado experto, la idea del conjunto artístico que ahora se retira quedó sintetizada en una frase que presidía la cúpula, y ya borrada hace años: «Por Dios y por España, un alma sola, un solo corazón». Recuerda, a su parecer, al «Dios, patria, rey» de los carlistas. «Las pinturas que llenan los muros traducen en imágenes una historia españolizada de Cataluña», criticaba. A su juicio, el recorrido histórico de estos murales sitúa el punto de partida del «proyecto político común» español en la batalla de Las Navas de Tolosa, sigue con la conquista de Mallorca, las Cortes de Monzón, Caspe, los Reyes Católicos, la reunión del Toisón de Oro de la catedral de Barcelona presidida por Carlos V, Lepanto y la batalla del Bruc.