Garzón renuncia al 23J y endosa a Podemos y Sumar toda la presión para unir a la izquierda

Ander Azpiroz MADRID / COLPISA

ESPAÑA

El ministro de Consumo, Alberto Garzón, en un mitin en Valencia durante la reciente campaña electoral
El ministro de Consumo, Alberto Garzón, en un mitin en Valencia durante la reciente campaña electoral Rober Solsona | EUROPAPRESS

El líder de Izquierda Unida descarta ser candidato en las generales, pero seguirá al frente de la formación y ofrece todo su respaldo al proyecto de Yolanda Díaz

02 jun 2023 . Actualizado a las 18:19 h.

Alberto Garzón no se presentará como candidato al Congreso en las elecciones del próximo 23 de julio. El líder de Izquierda Unida y ministro de Consumo lo anunció este viernes a través de un comunicado en el que señala que tomó la decisión este martes y que se la comunicó a Yolanda Díaz. No obstante, Garzón asegura que no abandona la política y que seguirá ejerciendo como coordinador federal de IU.

Pese a no concurrir a los comicios, el titular de Consumo deja claro su absoluto compromiso con Sumar en un momento en que Díaz y Podemos negocian contra reloj para presentarse en coalición el 23J. El objetivo, resalta, es que Díaz sea presidenta del Gobierno. Las palabras del ministro, en cualquier caso, suenan a despedida. Tanto que reconoce el desgaste personal de los últimos cuatro años dentro de un Gobierno coalición que nada más aterrizar en la Moncloa se tuvo que enfrentar a la pandemia y después, a los efectos económicos de la invasión de Ucrania. 

La nueva política se despide

Garzón sigue así el camino de otros jóvenes líderes que asumieron relevancia política tras el 2011 y que han renunciado a la actividad política tras sufrir debacles electorales. Este jueves lo hizo Inés Arrimadas, que deja un Ciudadanos que ni siquiera se presentará a las generales. Antes lo hicieron Albert Rivera tras perder 47 diputados después de la repetición electoral de las generales en noviembre del 2019 (en abril había cosechado 57 escaños) y Pablo Iglesias, quien abandonó la vicepresidencia segunda del Gobierno para presentarse a la presidencia de la Comunidad de Madrid, pero que terminó arrollado por la ola conservadora de Isabel Díaz Ayuso.

«Ahora que entramos en una fase nueva creo que es un momento estupendo para dejar que otros compañeros y compañeras puedan aportar sus energías y comportamientos», afirma Garzón tras destacar su apuesta por la renovación de las «caras públicas». Es sano para los proyectos políticos y también para la democracia«, añade. 

Elogio de Yolanda Díaz

El paso al lado del líder de IU fue elogiado por Yolanda Díaz, pese a que ambos rompieron a cuenta de la negociación de investidura fallida de Pedro Sánchez en abril del 2019. Mientras que Garzón asumió un Gobierno en solitario del PSOE, la vicepresidenta segunda fue una de las más firmes defensoras de la repetición electoral. «Alberto siempre sabe dónde estar», valoró Díaz este viernes. Gaspar Llamazares, ex líder de IU y que después fue expulsado del partido por la propia dirección de Garzón, habló de «generosidad» en favor de Sumar.

«Es una decisión muy meditada que aspira a promover la renovación de las caras públicas que representan este proyecto», indica el líder de IU en su comunicado para enfatizar que, como republicano, «siempre ha creído en la renovación de los representantes», pues considera que es «sano» para los proyectos políticos y también para la democracia. De esta forma, apuntó que la nueva etapa de Sumar tiene que traer consigo una renovación.

El paso dado por el ministro se produce en pleno proceso de negociación de Sumar con una quincena de partidos para fraguar una candidatura conjunta de la izquierda de cara a los comicios generales del próximo 23 de julio. La normativa electoral marca como fecha límite para registrar las coaliciones el 9 de junio.

«Como insistió Julio Anguita, la política está en todos los rincones de la vida cotidiana y seguiré ayudando a construir una España más justa desde otros sitios, también políticos en mi organización, IU, y también en Sumar», añadió.

A su vez, confía en que la gente recuerde su trayectoria parlamentaria y en el Gobierno como positiva y recalca que quien sí va a valorar este paso es su familia, a la que quiere «cuidar más y mejor».

De la movilización del 15M al Consejo de Ministros

Alberto Garzón saltó del 15M a la política en el 2015, fue el diputado más joven con 26 años, y ha sido protagonista de la historia de Unidas Podemos y del primer Ejecutivo de coalición, en el que también simbolizó la entrada del comunismo en un Gobierno de España.

Alberto Garzón (Logroño, 1985), que como ministro tampoco se ha librado de polémicas, cierra ahora una etapa con su apuesta por el proyecto de Yolanda Díaz, Sumar, que le ha llevado a renunciar a ser candidato a las próximas elecciones generales.

Con su decisión, el líder de IU, que seguirá al frente del partido, aspira a promover la renovación de las caras públicas que representan el proyecto de Díaz, y posiblemente a que lo hagan otros compañeros de Unidas Podemos.

Su carrera ha sido rápida, como la de muchos políticos de su generación, que del movimiento del 15M saltaron al escaño. El ministro ha estado siempre muy vinculado a Málaga, donde inició su formación académica (posteriormente se licenció en Económicas por la Complutense) y política (afiliado a Izquierda Unida desde los 18 años).

Garzón llegó al Congreso desde el activismo en las plazas, las tertulias televisivas y las redes sociales, en un momento en el que la IU de Cayo Lara también se resistía a los cambios y a Podemos.

Fue el candidato de la formación en las elecciones del 2015, en las que los de Pablo Iglesias lograron un grupo parlamentario propio con más de 70 escaños y él tuvo que quedarse con una presencia minoritaria en el Grupo Mixto.

A partir de entonces, Garzón empezó a apostar por la unión con Podemos, que tantos recelos había despertado en la vieja guardia de su partido, donde la renovación le llevó a ser coordinador federal.

Y de ahí, y tras algunos tira y afloja con Pablo Iglesias, que también los tuvo, acabaron finalmente en el 2016 sellando juntos el famoso «pacto de los botellines» del que nació Unidas Podemos.

Una marca que ahora el propio Garzón vuelve dar por amortizada en favor del proyecto de Yolanda Díaz y la posibilidad de que la izquierda a la izquierda del PSOE acuda unida a las elecciones del 23J.

Etapa en el ministerio

Como ministro de Consumo desde el 2020, ha tenido un mandato sin medidas grandilocuentes y con algunas polémicas, como la que le valió su campaña contra el consumo excesivo de carne y las macrogranjas. La campaña parecía que le iba a costar su cargo después de que Pedro Sánchez pronunciara esta frase: «A mí, donde me pongan un chuletón a punto, eso es imbatible», pero sobrevivió al pequeño huracán.

La polémica del chuletón fue posterior a la lucha sin cuartel que mantuvo con el sector del juego online y la Liga de Fútbol, que se saldó a su favor porque pudo limitar la publicidad de las casas de apuestas, algo que pretendía hacer ahora con los alimentos infantiles.

Ha defendido hasta el final cada una de las causas que ha llevado por bandera su Ministerio, que no ha sido una «maría» sin competencias -defiende frente a las críticas- y que le ha costado más de un enfrentamiento con los gigantes del sector del juego y la alimentación.

Y dentro del propio Gobierno, especialmente con el ministro de Agricultura, Luis Planas, quien ha ganado la última batalla.

Garzón, casado y con tres hijos, no ha conseguido que los socialistas le apoyaran para aprobar el real decreto sobre publicidad de alimentos y bebidas no saludables dirigida al publico infantil, y eso que se lo ha pedido una y otra vez antes del 31 de marzo para que se aprobara en esta legislatura. Ha sido uno de sus proyectos prioritarios, paralelo al de Nutri-score, el sistema de etiquetado frontal nutricional que quería utilizar como base para restringir la publicidad de alimentos menos saludables.

La obesidad y el sobrepeso de la infancia ha sido una de sus preocupaciones, y lo ha manifestado en primera persona cada vez que habla de ello porque Garzón, tal y como señala en sus apariciones públicas, entiende que sus hijas cuando van a un supermercado vayan corriendo a coger un bollo con su dibujo animado favorito. Y por eso defiende con uñas y dientes que se limite este tipo de publicidad, igual que defiende ahora el proyecto Sumar.