Celadora en el hospital de Cruces y catequista: así era Silvia, la mujer asesinada en Castro-Urdiales

ESPAÑA

Los compañeros del Hospital de Cruces de Silvia, asesinada por sus hijos en Castro-Urdiales, durante una concentración delante del hospital en su memoria
Los compañeros del Hospital de Cruces de Silvia, asesinada por sus hijos en Castro-Urdiales, durante una concentración delante del hospital en su memoria Javier Zorrilla | EFE

Una riña por las notas pudo desatar el brutal asesinato de Silvia López Gayubas a manos de sus dos hijos de 15 y 13 añosLos dos hermanos nunca dieron problemas en el colegio, pero se quejaban a su entorno más cercano del control que sufrían en su casa

09 feb 2024 . Actualizado a las 14:01 h.

Silvia López Gayubas tenía 48 años de edad y era natural de Vizcaya, como su marido. Como muchos vascos, habían escogido la ciudad cántabra de Castro-Urdiales para asentarse y formar una familia, aunque ambos iban y venían a Euskadi para trabajar. Ella era celadora en el Hospital Universitario de Cruces, en Baracaldo, a solo 27 kilómetros por la A-8 de la casa en la que halló la muerte a manos presuntamente de sus dos hijos adoptivos, de 15 y 13 años.

Sus allegados la califican como una mujer socialmente implicada. Colaboraba en la iglesia como catequista y su perfil de la red social Facebook está lleno de mensajes motivadores. El último, subido a las 8.39 horas del martes, un día antes de su muerte, citaba a Van Gogh con una imagen del genial pintor y uno de sus famosos cuadros de flores: «Lo que el color es para una pintura, el entusiasmo es para la vida». Ese último post se ha llenado ahora de horrorizados comentarios de condolencia.

Unos días atrás, publicó una cita del libro El Principito que quizás pueda ahora interpretarse como que la familia estaba atravesando algún problema que pueda explicar el terrible crimen: «Qué ironía, no dices nada para evitar conflictos, y vives en conflictos por no decir nada». También esta última entrada en la red social se ha llenado de mensajes de pésame que se suman al que recorre todo Castro-Urdiales. De hecho, el Ayuntamiento ha decretado tres días de luto oficial y se han suspendido todas las celebraciones del Carnaval. No hay nada que celebrar, solo esperar a que se aclare por qué dos hijos queridos y deseados acabaron presuntamente con la vida de su madre.