Puigdemont quema su último cartucho para evitar la investidura de Illa: «Sé lo que debo hacer»

Xavier Gual BARCELONA / E. LA VOZ

ESPAÑA

Glòria Sánchez | EUROPAPRESS

El líder del «procés» anuncia su regreso y asume que será detenido. «Así como ir al exilio fue una decisión política, volver del exilio también lo es», ha dicho en una carta dirigida a la militancia de su partido

03 ago 2024 . Actualizado a las 22:25 h.

Tras el aval de la militancia de Esquerra a la investidura de Illa, a Carles Puigdemont solo le queda un último cartucho para seguir políticamente vivo e intentar embarrar el paso de Salvador Illa al Palacio de la Generalitat. «No se trata de derramar lágrimas, sino de mostrar las garras», expuso ayer en una carta de tres páginas dirigida a la ciudadanía catalana, para que su vuelta a España sacuda el tablero político de tal manera que haga imposible el voto afirmativo de los 20 diputados de ERC. En concreto, el líder del procés anunció dos cosas: que su regreso para asistir a la investidura de Illa es cosa de «muy pocos días», y que ya tiene asumido que, al hacerlo, será detenido. En la misiva, publicada en X, el expresidente independentista de Cataluña reprocha a los republicanos que «antes de dar los votos para un Gobierno del PSC hacía falta explorar otras alternativas, incluida la repetición electoral», y añade que la decisión de investir a Illa y facilitar un Gobierno catalán de «carácter españolista» tendrá un «impacto negativo» para la comunidad.

Sí, Puigdemont confirmó que volverá la semana que viene, tal como prometió en campaña electoral y confirmó hace unos días en un mitin en el sur de Francia. Aunque, dice, algunos dirigentes de Junts le recomiendan que no lo haga. También tiene asumido que si es arrestado en virtud de la orden de detención que el juez Pablo Llarena mantiene por un delito de malversación, por el que el Supremo le negó la amnistía, su estancia en prisión puede ser larga. El dirigente secesionista volvió a arremeter contra los magistrados del alto tribunal, a los que acusó de perpetrar un «golpe de Estado híbrido». Para él, si es detenido se pondrá en evidencia que en España «las amnistías no amnistían y que hay jueces dispuestos a desobedecer la ley mientras el Gobierno español se lo mira con la indolencia del resignado», ya que ve al Ejecutivo más interesado en la imputación de la mujer del presidente, Begoña Gómez, que en el incumplimiento de la ley de amnistía. «Quien crea que esto no tendrá consecuencias, se equivoca; verme encarcelado ha sido el sueño frustrado de los perseguidores españoles durante siete años», añade antes de remarcar que esta «actitud antidemocrática y antiliberal de los aparatos del Estado no es intrascendente» para la causa de la independencia de Cataluña.

Movilización de los CDR

Con la investidura de Illa y el regreso de Puigdemont en el horizonte, la movilización del separatismo civil promete un agosto muy caliente. Al margen de la decisión que puedan adoptar este lunes las juventudes de ERC, contrarias a investir a Illa a pesar del resultado de la consulta a las bases, los autodenominados comités de defensa de la república (CDR) han convocado una manifestación para este lunes, frente a la estación de Francia de Barcelona. A estos les apoya la Asamblea Nacional Catalana, de Lluís Llach, que estos días ha mostrado su malestar con la decisión de Esquerra de pactar con el PSC. En un mensaje en las redes sociales, el independentismo callejero llama a los suyos a movilizarse contra «el unionismo del 155 que ocupará la presidencia de la Generalitat con el acuerdo de ERC. Basta de independentismo de sofá y de boca. ¡Salgamos para decir no al enemigo!».

Junts se erige como la única opción independentista tras el pacto de Esquerra con «el PSC más españolista»

Junts cierra filas con su líder. El partido de Carles Puigdemont afeó ayer con contundencia a sus exsocios del procés de Esquerra Republicana el paso dado el viernes para poner fin al procés y hacer presidente de la Generalitat al «candidato del 155», en referencia a Salvador Illa. Los herederos de la antigua Convergència de Jordi Pujol, que reunió a su ejecutiva de forma telemática con su secretario general, Jordi Turull, en Waterloo, advirtió a los republicanos que tras el pacto con «el PSC más españolista de la historia», se han convertido en el partido «decisivo» del independentismo tanto en Cataluña como en Madrid.

«Hacemos valer nuestros votos»

En consecuencia, «haremos valer nuestros votos para seguir avanzando hacia la independencia», una clara advertencia de que su apoyo al Ejecutivo de Sánchez está en el aire. Los neoconvergentes se consideran ahora la única fuerza independentista con «las manos libres con capacidad de gobierno y de condicionar decisiones en el Parlamento y en el Congreso». La ejecutiva hizo suya la carta que el presidente independentista envió ayer a la ciudadanía, en las que explica los motivos de su próximo retorno y en la que deja claro que el retorno es un «acto político, no personal», una decisión compartida por el partido, que «actuará en consecuencia».

En cuanto a la valoración del pacto para investir a Salvador Illa, Junts per Catalunya lamenta que «Esquerra Republicana haya optado por la peor de las alternativas posibles, invistiendo a un presidente que representa al PSC más españolista de la historia». Finalmente, hacen un llamamiento al secesionismo para «reforzar su unidad en momentos difíciles como el que estamos viviendo, a mantener la firmeza y mostrar su determinación en todos los ámbitos en que sea necesario».

El panorama de Puigdemont en España: detención y probable ingreso en prisión

Lleva casi siete años en el exilio, dice que, por una decisión política. Volver de él, asegura también lo es. Carles Puigdemont ha roto su silencio para anunciar su inminente regreso a España antes de la investidura de Salvador Illa. El expresidente catalán es consciente de que se arriesga no solo a una posible detención, sino a una entrada en prisión ordenada por el Tribunal Supremo, que mantiene viva su orden de arresto tras rechazar aplicarle una amnistía.

Fuentes jurídicas consultadas por Efe dan por hecho que, si pisa territorio nacional, Puigdemont será detenido y puesto a disposición del juez del Supremo Pablo Llarena tras muchos años intentando que responda ante la Justicia por su papel en el proceso independentista que encabezó desde el Gobierno catalán en el 2017. El expresidente podría plantear un habeas corpus contra esa detención al considerarla ilegal, aunque fuentes consultadas por Efe ven poco recorrido a esa estrategia. Salvo sorpresas, lo esperado es que el magistrado lo interrogue y decida si hay motivos para enviarle a prisión, y el riesgo de fuga por haber estado huido todo este tiempo no juega a su favor, teniendo en cuenta además que el delito por el sigue procesado, malversación, podría traducirse en hasta 12 años de cárcel. Así que las opciones de Puigdemont de evitar entrar en prisión son escasas.

Para decretar la prisión, alguna de las partes personadas en el procedimiento debe pedírselo al juez, algo que se da por hecho al ser Vox la acusación particular. Consciente de ello, el expresidente podría tratar de evitarlo con la ley de amnistía como principal argumento pues, aunque el juez ha considerado que la norma no cubre la malversación que le atribuye, esa decisión no es firme, hay todavía una cadena de recursos pendientes, con un horizonte claro: el Tribunal Constitucional y la Justicia europea.

La trama rusa

Pero Puigdemont no solo tiene abierta la causa del juez Llarena. Este mes de julio, el juez que investiga la trama rusa del procés solicitó que se investigue al expresidente catalán y a Francesc Dalmases por supuestos delitos de traición, malversación de caudales públicos y pertenencia a organización criminal.