Mocejón enmudece para despedir al pequeño Mateo, y su familia pide solo justicia, «no venganza»

J. M. L. TOLEDO / COLPISA

ESPAÑA

El coche fúnebre traslada el féretro con los restos mortales del pequeño Mateo, el niño de 11 años que fue asesinado el pasado domingo mientras jugaba al fútbol con unos amigos, al cementerio de la localidad
El coche fúnebre traslada el féretro con los restos mortales del pequeño Mateo, el niño de 11 años que fue asesinado el pasado domingo mientras jugaba al fútbol con unos amigos, al cementerio de la localidad Chema Moya | EFE

Examinan un cuchillo de cocina que podría ser el arma del crimen

22 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Los restos mortales de Mateo, el niño de 11 años asesinado a puñaladas por un joven de 20 el pasado domingo en el polideportivo Ángel Tardío, de Mocejón (Toledo), reposan desde ayer en el cementerio municipal de esta localidad de 5.000 habitantes, que agotó el martes los tres días de luto oficial decretados por su Ayuntamiento.

Antes del entierro, celebrado en la intimidad familiar, se ofició la misa funeral en la iglesia parroquial de San Esteban Protomártir, con su interior abarrotado por centenares de vecinos del pueblo, como abarrotado estaba el espacio exterior del templo, donde el Ayuntamiento había habilitado un recinto reservado a los medios de comunicación para preservar la intimidad de la familia. Esta ha agradecido en un comunicado las muestras de solidaridad recibidas y el trabajo realizado por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, y también ha pedido públicamente respeto hacia la familia de Juan, el autor confeso del crimen: «No queremos venganza, queremos justicia y que caiga todo el peso de la ley para la persona que ha asesinado a Mateo».

«El amor vencerá frente a la muerte» es la frase que podía leerse en los carteles colocados en el interior de la iglesia tras este crimen que aún mantiene conmocionado al pequeño pueblo de Mocejón.

Restos biológicos

Mientras tanto, continúan las investigaciones en una doble vía. Por un lado, para determinar si el arma blanca que Juan, el joven de 20 años, utilizó para asestar once puñaladas a Mateo cuando el pequeño jugaba al fútbol en el campo de césped del polideportivo junto a otros amigos de 10 y 11 años es el cuchillo de cocina con restos biológicos humanos encontrado este miércoles por un operario de limpieza del Ayuntamiento de Mocejón en un descampado cerca de la casa donde el agresor estaba pasando unos días con su padre, residente en este pequeño municipio toledano durante todo el año. Y, por otro lado, para tratar de explicar por qué Juan acudió al polideportivo armado y arremetió contra los menores. A la espera de la confirmación del arma del crimen, el arrestado, que confesó «parcialmente su autoría», según fuentes de la investigación, el pasado lunes, se encuentra en los calabozos del cuartel toledano antes de pasar a disposición judicial este jueves.

De forma paralela, el instituto armado continúa pendiente de que un médico forense certifique el grado de discapacidad psíquica que sufre el arrestado. Horas después de la detención y en declaraciones a los medios, el padre del detenido aseguró que su hijo «tiene una discapacidad del 75 % con certificación médica, aunque no tomaba medicación».