Vecinos afectados por la dana caminan kilómetros para conseguir agua y comida

La Voz

ESPAÑA

Atlas

Municipios como Paiporta o Massanassa continúan incomunicados y, ante la falta de artículos básicos y de lugares donde dormir, muchos se han echado a las carreteras para lograr llegar a ciudades como Valencia

31 oct 2024 . Actualizado a las 17:28 h.

Es el éxodo de decenas de familias camino de Valencia. Enma y Kevin vivían desde hace 7 años en Paiporta pero ahora que lo han perdido todo se marchan con su hijo. Atrás una ciudad arrasada donde la gente deambula por las calles y busca la manera de encontrar comida y artículos de primera necesidad. Al menos han fallecido 62 vecinos por la dana y, a sus trágicas muertes, se suma la desesperación de los supervivientes, recogida por Atlas.

«Estamos intentando llegar a la rotonda, hasta donde puedan llegar los coches, para que nos recojan, ir a ducharnos e ir a comprar comida a otro pueblo; porque aquí no hay nada», explica una vecina de Paiporta. Los vecinos han entrado en los supermercados, pero ya están casi vacíos. Las colas para conseguir agua no potable -la apta para el consumo humano es un lujo inexistente en la localidad- dan una idea de la magnitud de la catástrofe.

Este mediodía les llegaba una alerta a los móviles para evitar los desplazamientos y facilitar así el trabajo de los equipos de rescate pero muchos ni siquiera lo han recibido porque perdieron sus teléfonos y no tienen luz.

«Tenemos gente muerta que todavía no hemos podido encontrar. Recuperamos la luz anoche -por el miércoles-. Sin cobertura. No sabíamos si venía más agua o no... La verdad es que nos encontramos desamparados. Aquí no ha venido prácticamente nadie hasta hoy», lamenta un vecino de Massanassa.

Esta localidad valenciana ha amanecido un día más cubierta de lodo y ramas, coches amontonados en las calles y bloqueando garajes y accesos a viviendas. Massanassa sigue en shock, incomunicada, sin agua ni comida y con el corazón en un puño, señala Atlas. Los que pueden irse por su propio pie lo hacen, con lo poco que pueden llevar. Caminan despacio para no resbalar con el lodo y en silencio, contemplando a su paso la inmensidad de los daños que causó la riada.

La localidad valenciana de Chiva también reclama «urgentemente agua y víveres», incluidos potitos de bebés, leche de iniciación y pañales, porque «en la calle ya hay vecinos dándose guantazos para obtenerlos», y ha detallado que el pozo Solana, que suministra agua potable al municipio, sufre una avería eléctrica y no funciona, ha explicado la alcaldesa, Amparo Fort, a Efe.

También necesitan herramientas y palas para los voluntarios. «Yo ayer compré 50, todas las que quedaban en Chiva, y mañana viene un grupo de voluntarios y ya no quedan herramientas», ha lamentado. «De momento, hemos contabilizado diez fallecidos pero posiblemente lleguemos a la centena por los cientos y cientos de coches caídos a lo largo del termino municipal. Esperamos tener bastantes víctimas. Cada vez que se mete un perro o la pala en el fango, aparecen cuerpos».

La falta de suministros y de infraestructuras, sumado al caos que se vive en municipios como Sevadí, donde son los propios vecinos los que se están haciendo cargo de retirar los vehículos que colapsan las calles e impiden el acceso a muchas viviendas, ha provocado que muchos afectados abandonen sus municipios como pueden: andando.

María del Don Ruiz, vecina de Alfafar, cuenta a Efe que ha llegado caminando a Valencia para dejar a sus hijos en casa de su suegra y cargar los móviles, y ha recorrido también a pie los 10 kilómetros de vuelta a su municipio, porque es «una ciudad sin ley» donde se están produciendo robos.