Koldo niega en el Supremo la financiación irregular del PSOE y desmiente que Ábalos cobrara mordidas
ESPAÑA
El exasesor del exministro afirma que la letra del documento de los amaños no es suya y que desconoce por completo el famoso listado con las obras preadjudicadas subrayadas
17 dic 2024 . Actualizado a las 13:55 h.Casi tres horas de declaración para intentar desmontar punto por punto las acusaciones de Víctor de Aldama. Koldo García, básicamente, lo negó todo en el Supremo en el que fue su primer interrogatorio desde que estalló en febrero el caso que lleva su nombre. El imputado, ante el instructor Leopoldo Puente, negó desde las imputaciones de financiación irregular del PSOE lanzadas por el conseguidor a las supuestas mordidas del que fuera su jefe y amigo José Luis Ábalos. Es más, el exportero de prostíbulo dijo que ni siquiera reconoce como suya la letra del documento de los amaños y que desconoce por completo el famoso listado con las obras preadjudicadas subrayadas en colorines, que presentó, a modo de prueba, el presunto cerebro de la trama corrupta.
Así las cosas, la estrategia de García, en su primera comparecencia ante el instructor Leopoldo Puente, pasó por confirmar punto por punto las afirmaciones que Ábalos hizo durante tres horas el pasado jueves ante el alto tribunal, básicamente señalando a su exasesor por todo y, particularmente de haber abierto las puertas de la administración central a Aldama.
Este mismo martes, antes de entrar al Supremo, en una entrevista en TVE, Koldo García dejó claro que no iba a complicar lo más mínimo a Ábalos. «Es una gran persona y mejor político. Todo lo que están diciendo de él es injusto y mentira. Estoy seguro de que no ha hecho nada ilegal», afirmó.
El exasesor ha admitido a medias el relato de la Unidad Central Operativa y de Anticorrupción. Efectivamente, con su mediación, la mercantil de Aldama proveyó de millones de mascarillas a partir de marzo del 2020 no solo a Transportes y a sus entidades Puertos del Estado y Adif, sino también al Ministerio del Interior y a las comunidades de Baleares y Canarias, entonces gobernadas por los socialistas.
Unos contratos cifrados en 54 millones de euros y que, según sostuvo Koldo, se cumplieron con éxito porque las mascarillas llegaron y puede probar que ni él ni su entorno obtuvieron ningún enriquecimiento ilícito. En este sentido, ya presentó un escrito de descargo ante el juez de la Audiencia Nacional que ordenó su detención en febrero pasado, antes de que la causa llegase al Supremo por la condición de aforado de Ábalos, hoy diputado del Grupo Mixto.
Otros pormenores
Pero la asunción de responsabilidad de Koldo García, o la exculpación hacia el «papel principal» que, según los investigadores de la UCO, tuvo su entonces jefe en la presunta trama corrupta, no se va a quedar ahí este martes. Abarcará otros pormenores de la declaración que este jueves hizo Ábalos y toca de lleno los cuatro indicios delictivos que, hasta el momento, penden sobre él: los contratos de las casas de Cádiz y Madrid, los dos empleos en el ministerio que tuvo la que fuera pareja de Ábalos y el pago por parte del entramado de Aldama del alquiler del piso de esta persona en el exclusivo edificio Torre de Madrid.
El capote de Koldo a Ábalos es decir que él gestionó el alquiler de esos pisos, que le presentó a Jéssica al exministro y que no hubo ninguna irregularidad ni en los inmuebles ni en los contratos. Y por supuesto, ni una sola mordida de las que apunta Aldama, ni nada de nada de que él interviniera en las adjudicaciones o, como aseguró este lunes el conseguidor, que el propio Koldo García garabateara en un papel las obras de que debían ser amañadas a cambio de coimas.
En esa nota manuscrita, según la defensa de Aldama, se incluyen presuntas adjudicaciones de obra pública bajo sospecha de amaño. El documento detalla una cantidad relativa a las comisiones por el proyecto, la localización del mismo (Huesca, Valladolid, Murcia y Ourense) y la empresa que, en teoría, iba a ser la adjudicataria o la responsable de realizar la obra a cambio del pago de mordidas. El exasesor de Ábalos niega incluso que esa sea su letra.