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Así fue el crimen de la viuda negra de Patraix: cómo Maje planeó con su amante el asesinato de su marido

La Voz

ESPAÑA

María Jesús Moreno, Maje, en una sesión del juicio
María Jesús Moreno, Maje, en una sesión del juicio Manuel Bruque | EFE

El jurado tardó solo cinco horas en declarar culpables a Maje y a Salva por el asesinato de Antonio Navarro, el marido de ella. Ambos fueron condenados a 17 y 22 años de prisión en el 2020. Según la sentencia, la enfermera valenciana planeó el crimen y él lo ejecutó

27 mar 2025 . Actualizado a las 12:38 h.

Un crimen «planificado por ella y ejecutado por él». Así definió la Fiscalía durante el juicio el caso de la viuda negra de Patraix. María Jesús montero, Maje, y su amante Salvador Rodrigo fueron condenados en el 2020 por asesinar al marido de ella. La decisión del jurado fue unánime y tardó solo cinco horas en tomarse: Salvador acuchilló varias veces a Antonio Navarro. Y su entonces amante, Maje, lo indujo a perpetrar el crimen. La historia se estrena este miércoles en forma de documental en La Sexta. Este nuevo true crime ha sido producido por Atresmedia y PLAYtheUNIT. El crimen también llegará a las pantallas en forma de ficción. Netflix anunció el diciembre pasado que convertirá esta historia en película de la mano del gallego Ramón Campos, de Bambú producciones, que ya se encargó antes del Caso Asunta.

El día de los hechos

Todo sucedió el 16 de agosto del 2017. Aquella mañana, a las 7:40, Antonio Navarro bajó al garaje de su residencia en el barrio valenciano de Patraix para dirigirse al trabajo. Jamás llegaría. Murió en pocos minutos debido a las seis cuchilladas, una de ellas en el corazón, que le propinó Salvador Rodrigo. Fue un ataque «sorpresivo», sin tiempo para reaccionar, como explicarían después los forenses en el juicio. La muerte fue «rápida» y a causa de la destrucción de sus «centros biológicos vitales»: el corazón y los pulmones.

El autor material del crimen no era un desconocido. Se trataba del amante de Maje y compañero de trabajo en el hospital donde ambos ejercían. Aquella mañana, Salva aguardó oculto en el garaje hasta el momento oportuno para atacar por sorpresa a Antonio. La propia Maje le había facilitado la información necesaria: las llaves, la ubicación exacta de la plaza de aparcamiento y los detalles del vehículo de su marido.

Según la sentencia, tras el asesinato, Salvador se cambió de ropa, eliminó pruebas y abandonó el lugar. Alrededor de las 13:30 horas, se reunió con Maje en casa de la hermana de ella para confirmarle que todo había salido según lo planeado. No dejó rastros: se deshizo del cuchillo homicida arrojándolo a una fosa séptica de su propiedad.

Tras el hallazgo del cadáver, la investigación se centró rápidamente en la viuda. Antonio no tenía antecedentes ni indicios de una vida turbulenta, mientras que la reacción de Maje ante su muerte despertó sospechas. La inspectora jefa de Homicidios de Valencia destacó un detalle: mientras la policía le tomaba declaración, Maje no dejaba de enviar mensajes por el móvil, una actitud inusual en alguien que acababa de perder a su esposo en un crimen brutal. La policía intervino sus comunicaciones y descubrió un dato clave: llevaba una doble vida. Se conoció que aprovechaba su turno nocturno del hospital para dormir con sus amantes. Además de Salva, tenía relaciones con un fisioterapeuta, un publicista —con quien pasó la noche anterior al crimen— y un guardia urbano.

¿Por qué se pusieron de acuerdo?

Maje y Salva, según quienes los conocían, estaban hipnotizados el uno con el otro. «Es la historia de amor más auténtica y apasionante que he vivido y la gente pueda escuchar. Esta carta es una declaración de amor hacia ti, te quiero por encima de cualquier obstáculo, de cualquier inconveniente, te quiero porque me llenas de vida y me haces sentir la mujer más importante del mundo», expresaba ella en una carta que intervino la policía. Los dos se conocieron estando casados.

María Jesús Moreno, Maje (Novelda, 1990), había nacido en una familia muy religiosa en la que eran cinco hermanos. Tras estudiar en Barcelona, conoció a Antonio a través de uno de ellos. Primero forjaron una amistad en la universidad y más tarde iniciaron una relación en el 2011, a pesar de los nueve años de diferencia entre ambos. Se casaron y se mudaron a Valencia. Fueron pocas la veces en las que Maje volvió de visita a su pueblo natal. Se sentía libre. 

Maje trabajaba en un hospital, en concreto, era enfermera del turno de noche en el Hospital Casa de la Salud. Allí conoció a quien después terminaría matando a su marido. Salva era celador y también estaba casado. Tenía una hija con Inma, que era sanitaria en el mismo centro.

¿Qué pasó en el juicio?

Durante todo el proceso judicial, Maje negó cualquier tipo de participación, planificación o deseo de la muerte de su marido: «Nunca le pedí que le matara. Lo encubrí pero no lo planifiqué», declaró entonces. Negó haber estado enamorada de Salva, pese a las cartas de «amor» que le escribía.

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Por su parte, Salva sí confesó el crimen, pero explicó que fue Maje quien le pidió que lo hiciera. «Me preguntó si podía hacerlo por ella y le dije que sí», dijo entonces. «Me comentó que tenían un viaje en septiembre y que no quería irse con Antonio y debía ser antes», agregó a preguntas de su abogado. Luego narró lo sucedido: «Lo preparamos para finales de julio, ella me diría los días que trabajaba él, me dijo el coche, la marca, la plaza y donde lo aparcaba Antonio. Ella me dijo que el garaje era buena opción, que en verano no había mucha gente y le dije que de acuerdo». se día cogió su moto, fue al garaje, se escondió en una plaza y sorprendió a Antonio: «Fue todo muy rápido, no me acuerdo, llevo estos últimos años intentando olvidarlo».

Una vez arrestados —y antes del juicio— mantuvieron una relación a través de cartas en las que Salva le prometía a Maje que iba a protegerla. ¿Por qué lo hizo? Le preguntaron durante el proceso judicial: «Estaba muy enamorado de ella y continuamente me decía los maltratos psicológicos que sufría. Temía por su vida. No sé por qué acepté. Insistió lo suficiente para convencerme», concluyó él.

El Supremo confirmó en el 2022 la condena de 17 y 22 años de prisión para Salva y Maje, respectivamente. Ya en la cárcel, Maje se quedó embarazada de David, otro interno. En junio del 2023 dio a luz a su primera hija. El embarazo provocó el alejamiento de la pareja porque ella fue trasladada a la prisión de Foncalent, que cuenta con una unidad de madres. Allí podrá vivir con su bebé hasta que el menor cumpla tres años.