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Las entidades financieras buscan el equilibrio entre poner en marcha medidas enfocadas a proteger a los ciudadanos y mantener al mismo tiempo la solvencia en un contexto de crisis

La sociedad se enfrenta a un período de inestabilidad global que recientemente ha provocado un encarecimiento de la vida y en el que el término ‘inflación' ha pasado a ser uno de nuestros compañeros habituales. Esta situación dificulta el día a día de todos, con la subida de precio de la cesta de la compra, y también de aquellos que han de hacer frente a las hipotecas tras la subida de los tipos de interés. Y esto ocurre pese a que somos el quinto país de Europa que menos interés cobra por la hipoteca, y siempre ha sido así históricamente: en los últimos 20 años hemos registrado unos tipos medios 79 puntos básicos más bajos que en la eurozona.

Los tipos de interés los fijan los bancos centrales, no pudiendo influir en esa decisión las entidades bancarias, que solo transmiten una política monetaria que busca precisamente atajar la inflación. Los bancos estamos muy comprometidos con los clientes y siempre buscamos soluciones para aquellos que se encuentran en dificultad y seguiremos haciéndolo. El Código de Buenas Prácticas para deudores hipotecarios resulta fundamental y permite ampliar el plazo para devolver el crédito hasta 40 años, acogerse a períodos de carencia o congelar las cuotas durante un año, entre otras.

Otro tema de actualidad hoy es la retribución de los depósitos que no está creciendo al mismo ritmo que lo hacen los tipos de interés. Esto, veremos, se debe fundamentalmente a una holgada posición de liquidez y la baja demanda de crédito.

Como la reciente crisis en algunos bancos americanos ha demostrado, contar con un sistema bancario sólido y solvente es decisivo a la hora de afrontar crisis. Por ello, las entidades, que también se ven afectadas por el escenario actual, deben mantener un equilibrio entre seguir disponiendo de liquidez y, al mismo tiempo, continuar ofreciéndole a sus clientes alternativas como pueden ser otros productos de inversión, la deuda pública o incluso la amortización de la hipoteca.

Aquí dejamos una serie de respuestas a preguntas habituales que explican mejor la situación y los porqués del modo de proceder de los bancos en este momento tan importante para el futuro de la economía.

¿Es cierto que los bancos ganan mucho cuando suben los tipos de interés?

Un banco canaliza el dinero que depositan los ahorradores en sus cuentas hacia el crédito que le demandan aquellos que quieren invertir en vivienda, en bienes o en el desarrollo de sus negocios. Pese a lo que se puede pensar, la diferencia entre lo que paga por los depósitos y lo que cobra por los préstamos no representa realmente el margen de la entidad. Hay muchos factores que lo reducen, como los colchones de capital que hay que tener por regulación, los costes de personal, el mantenimiento de los canales de distribución, la comercialización y diseño de productos que hay que adaptar continuamente a las necesidades de los clientes, las provisiones para hacer frente a impagos, etcétera. De hecho, los márgenes de la banca son mucho menores que los de la mayoría de los demás sectores.

Una subida de tipos no necesariamente implica que el margen de los bancos aumente, sino que depende también del impacto de esa subida de tipos sobre la capacidad de pago y la demanda de crédito de las familias y las empresas, el peso de los créditos a tipo fijo o a tipo variable, el plazo medio de los créditos y de los depósitos, el coste para el banco de remunerar los depósitos y el coste para los bancos de la deuda que ellos también tienen o que tienen que pedir en los mercados para captar financiación.

En un contexto de tipos negativos como el que hemos vivido en los últimos años es muy complicado que el negocio bancario sea rentable, pero una subida rápida como la actual es difícil de digerir por empresas y familias y, por tanto, influye mucho en la demanda de crédito y en la capacidad de todos para hacer frente a las deudas. También a los bancos les cuesta más financiarse y les impide recuperar la rentabilidad que han perdido durante tantos años operando en tipos ultra bajos o incluso negativos. El beneficio en España de las entidades continúa siendo un 23% inferior al que había antes de la crisis financiera.

¿Por qué suben tanto los tipos de interés?

Los tipos de interés los fijan los bancos centrales cuyo objetivo principal es combatir la inflación. Una inflación alta persistente es mucho más nociva para las empresas y las familias que un período de enfriamiento económico y por eso los bancos centrales han sido tan contundentes con la subida actual. Los bancos no solo no fijan los tipos de interés, sino que han reducido mucho sus márgenes para no trasladar toda la subida de tipos a los clientes.

¿Por qué los bancos no están remunerando los depósitos?

La banca española tiene un exceso de liquidez frente al resto de entidades europeas, por lo que muchas entidades están dirigiendo a los clientes hacia alternativas más rentables, como fondos de inversión, deuda pública, etcétera. Los datos muestran que el volumen de los fondos de inversión y de deuda pública en manos de familias está en máximos históricos. También ha aumentado mucho la amortización anticipada de hipotecas.

¿Por qué hay entidades que pagan y otras que no?

Es verdad que en España hay entidades que están ofreciendo depósitos con rentabilidades incluso por encima del 5%. La competencia en España es muy grande y los clientes tienen plena libertad para mover sus ahorros entre entidades. Algunas entidades tienen estrategias muy activas en los depósitos, mientras que otras son más competitivas en préstamos u ofrecen otros productos alternativos de ahorro a sus clientes.

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¿Por qué muchos bancos siguen sin pagar por los depósitos y sin embargo han encarecido los créditos?

Los bancos comerciales son transmisores de la política que deciden los bancos centrales. La razón por la que los bancos españoles remuneran ligeramente por debajo de los bancos en otros países es porque tienen una posición de liquidez más holgada y no necesitan captar depósitos para tener dicha liquidez. Donde están compitiendo mucho es en ofrecer mejores rentabilidades en otros productos que pueden ser más rentables para sus clientes, como fondos de inversión, seguros, etcétera. Por otro lado, no se puede olvidar que lo contrario ha ocurrido durante varios años en que, con tipos negativos, en España no se cobró por los depósitos a los clientes minoristas, algo que sí se hizo en otros países de Europa.

Además, lo cierto es que tampoco están trasladando con tanta rapidez toda la subida de los tipos de interés al precio de los créditos. De hecho, según los datos del Banco de España, el precio del crédito en España está por debajo de la eurozona. En abril, los bancos españoles fueron los quintos más baratos de Europa en créditos a familias y los cuartos más baratos en créditos a empresas. Para empresas, por ejemplo, la media en España es del 3,9 % frente al 4,2% en la zona euro.

Los bancos españoles siempre se han caracterizado por ofrecer créditos a precios muy competitivos, lo que ha permitido, por ejemplo, el acceso al mercado hipotecario a muchos segmentos de la población.

¿Qué están haciendo los bancos para ayudar a los clientes más vulnerables a mitigar el impacto de la inflación y la subida de tipos?

En España, los bancos han puesto en marcha medidas para ayudar a los clientes que están en situación de vulnerabilidad a mitigar esta situación. Por ejemplo, los clientes que estén sujetos al Código de Buenas Prácticas para deudores hipotecarios vulnerables, que tengan unos ingresos inferiores a 25.200 euros y cuenten con una hipoteca, podrán ampliar el plazo para pagar el crédito hasta 40 años y establecer una carencia de hasta 5 años a Euríbor-0,10%. Otra de las medidas, para los hogares con ingresos entre 25.200 y 29.400 euros y en los que la cuota mensual de la hipoteca represente al menos el 30% de los ingresos, consiste en la congelación de las cuotas hasta 12 meses y alargar el plazo de amortización siete años.

Hay bancos que ganan mucho dinero, ¿no podrían destinar esos beneficios a remunerar los depósitos?

Como en todos los sectores, los beneficios tienen un destino específico. Prácticamente un tercio se destina a pagar impuestos, un tercio a retribuir a los accionistas -que son los dueños de la entidad y quienes arriesgan su dinero invirtiendo en ella- y el otro tercio se destina a acumular el capital necesario para poder seguir desarrollando su principal función, que es financiar a empresas y familias. Cuanto mejor estén los bancos, mejor pueden cumplir su función de dar crédito y sostener el crecimiento de la economía.

Hemos visto ejemplos de turbulencias en algunos bancos regionales en Estados Unidos y Suiza con Credit Suisse. ¿Puede pasar algo parecido en la banca española?

La banca española es muy solvente. Está muy diversificada y tiene un modelo de negocio sólido y sencillo, centrado en cubrir las necesidades financieras de empresas y familias. Los bancos americanos afectados tuvieron un crecimiento desorbitado con una actividad concentrada en muy pocos clientes, una gestión muy deficiente y una supervisión mucho más débil de la que hay en Europa. La banca española destaca en la gestión de los riesgos, es eficiente y rentable: tres variables clave para mantener la confianza de los clientes, algo que ha fallado en el caso de los bancos americanos. Sin confianza, el negocio bancario es insostenible.