Mañana se subastan en Nueva York 25 cartas inéditas de Frida Kahlo a su amante, el dibujante y pintor español exiliado. Son declaraciones de amor en las que la artista habla también de su enfermedad, la tempestuosa relación con su marido y sus dificultades para pintar
12 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.El nombre de Frida Kahlo está unido ya irremediablemente al de Diego Rivera, el pintor que fue su marido, su gran amor y también la principal causa de su sufrimiento. Dicen algunos expertos que han estudiado su historia que el era un sádico y ella masoquista, pero lo que si es cierto es que relación fue tormentosa, más allá de lo literario. Los altibajos causados por las continuas infidelidades consentidas por Frida terminaron en una relación abierta, una decisión que ella tomó cuando descubrió que Diego le había sido infiel con su hermana pequeña. Eso fue alrededor de 1935, y a partir de entonces ella comenzó a tener relaciones con otros hombres. Y también con mujeres.
Una de esas relaciones fue la que mantuvo con el dibujante y pintor español exiliado en Nueva York, Josep Bartolí, al que conoció en esa ciudad cuando ella esperaba en un hospital una complicada operación en la columna vertebral. Fue una de las muchas operaciones a las que Frida Kahlo tuvo que someterse por las secuelas de un grave accidente de autobús del que fue víctima con tan solo 18 años. Un suceso que marcó su vida, la obligó a pasar grandes temporadas en la cama y a conocer un dolor que quedaría para siempre reflejado en su obra. Frida conoció a Bartolí a través de su hermana Cristina, y de ahí surgió una relación de la que han quedado como testimonio más de un centenar de páginas escritas entre agosto de 1946, cuando tenía 39 años, y noviembre de 1949.
soledad y dolor
Estas 25 cartas inéditas serán subastadas mañana por la casa Doyle de Nueva York, y se calcula que podrían alcanzar un precio de entre 80.000 y 120.000 dólares. La biógrafa de Frida Kahlo, Hayden Herrera asegura que estas páginas «lloran con una soledad que rompe el corazón y con la miseria del dolor físico», ya que fueron escritas mientras se recuperaba en México tras la operación. «Sus cartas a Bartolí hablan sobre sentirse encerrada, aislada e inmóvil. ?explica? Pero tanto en sus cartas como en sus autorretratos Kahlo nos reta con su mirada desafiante y con su determinación para superar su miseria».
Además, en los textos Frida habla también de su enfermedad, de su tempestuosa relación con su marido, Diego Rivera, y de su dificultad para pintar, aunque el contenido principal guarda declaraciones de amor que inmortalizan el romance entre la mexicana y este artista.
«Mi Bartolí... No sé cómo escribir cartas de amor ?dice una de ellas?-. Pero quería decirte que mi entero ser está abierto a ti. Desde que me enamoré de ti todo se ha transformado y está lleno de belleza... El amor es como un aroma, como una corriente, como la lluvia. Sabes, mi cielo, que llueves en mí y yo, como la tierra, te recibo. Mara». «Mara» era el seudónimo con el que la artista firmaba sus cartas, un diminutivo de «maravillosa», como la llamaba su amante. Ella, a su vez, llamaba a Bartolí «Sonja», con nombre de mujer , para que su marido (muy celoso con los hombres pero permisivo en las relaciones de Frida con las mujeres) no sospechase de su infidelidad.
Herrera asegura que las cartas sugieren que la mexicana habría dejado a su marido por Bartolí, quien le daba «un amor que nunca había experimentado», «apasionado, carnal, tierno y maternal». En algunas de las primeras misivas, Kahlo informaba a Bartolí de que había sufrido un retraso en su periodo, que le hacían pensar en un embarazo que desearía si su columna se lo permitiese: «Si o estuviera en la condición en la que estoy y fuese realidad, nada me haría más feliz. ¿Puedes imaginarte un pequeño Bartolí o una Mara?»
Bartolí guardó la correspondencia en su domicilio hasta que murió en Nueva York en 1995, y más tarde su familia la vendió al dueño que subasta ahora unos documentos que también contienen recuerdos, como algunos dibujos, flores prensadas o fotografías.