
la biografía de Patrick, sobrino de JFK, y el libro de Timothy Naftali sobre el presidente en la Casa Blanca sacan a la luz nuevos datos de la larga historia de adicciones, alcoholismo y trastornos mentales
18 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.La familia Kennedy vuelve a estar en el ojo del huracán en Estados Unidos. Y lo va a estar por un tiempo. La semana pasada se publicó una biografía escrita por Patrick Kennedy, hijo mejor de Ted y sobrino de John Fitzgerald Kennedy. En ese libro, Patrick retrata el alcoholismo, las adicciones y las enfermedades mentales de su familia, incluido él mismo. Y la familia, claro, no está muy contenta con esas revelaciones. Además está a punto de aparecer otra biografía del presidente Kennedy escrita por un historiador, Timothy Naftali, Before the Glass Shattered: Kennedy in the White House, que podría traducirse como Antes de que el cristal se hiciera añicos: Kennedy en la Casa Blanca, en la que Naftali promete desmitificar la figura del más Kennedy de todos los Kennedy.
No es que nunca se haya hablado de alcohol, drogas y trastornos mentales en relación con los Kennedy. Se ha hablado y mucho. La diferencia ahora es que se hace desde dentro. Es un propio miembro de la todopoderosa familia el que destripa los entresijos más oscuros de ella. Hasta ahora cuando algún biógrafo o algún historiador hablaban de eso mismo, lo que hacían los Kennedy era usar el socorrido «no comments» (sin comentarios). Pero ahora es distinto, ya no pueden decir que Patrick Kennedy no tiene una información real porque lo que ha hecho el más joven de los hijos de Ted es contar su propia vida.
Su hermano mayor, Ted Junior, ha dejado clara su opinión: «Estoy desconsolado porque Patrick haya decidido escribir lo que es un retrato inexacto e injusto de nuestra familia», dijo el hermano mayor y añadió: «Los recuerdos que Patrick tiene de celebraciones familiares e incluso de nuestros padres son muy diferentes de los míos».
Ted Jr y Patrick son hijos de Ted Kennedy, el hermano menor de Jack y Bobby que también, como ellos, dedicó su vida a la política. Ted ejerció de senador hasta su muerte causada por un tumor cerebral en 2009 y fue y es una de las figuras más respetadas del partido Demócrata, la formación política en la que milita toda la familia. También Ted Jr y Patrick se han dedicado al mismo oficio. El mayor de los hermanos es senador estatal en Connecticut. El pequeño fue congresista en la Cámara de Representantes de Washington DC hasta enero de 2011 cuando dimitió para tratarse sus múltiples adicciones.
En su libro, Patrick habla de su alcoholismo y también del de sus padres. Y hace un repaso por las enfermedades mentales que, en su opinión, les han acechado a lo largo de los años. Sobre las suyas, reconoce sin ambages que es alcohólico y que ha sido cocainómano y ha estado enganchado a fármacos opiáceos. Pero también cuenta su lucha contra el trastorno bipolar que padece, la depresión y la ansiedad.
Sobre su padre dice que era alcohólico. Patrick explica que sospecha que lo que llevó a su padre al alcoholismo fue también un trastorno mental: el estrés postraumático que los asesinatos de sus dos hermanos, Jack y Bobby, habrían provocado en el senador. En las páginas del libro, explica Patrick que hubo un momento en el que él y sus hermanos vieron tan mal a su padre que intentaron hablar con él para que buscara ayuda. «Él cerró las puertas correderas y se sentó en su sillón azul, entonces nosotros le dijimos que estábamos preocupados por su forma de beber y que creíamos que tenía que buscar ayuda porque aquello nos estaba afectando a nosotros, estaba afectando a toda la familia». Pero la reacción del patriarca no fue la que sus hijos esperaban, según recuerda Patrick, lo único que hizo fue levantarse y salir de la habitación. Y asegura su hijo que además sintió como una traición lo que sus vástagos le habían dicho.
Los recuerdos sobre su madre, Joan, son aún más duros. «Durante el día estaba siempre en albornoz por la casa, borracha. Era bochornoso. Y lo más sorprendente eran todos aquellos importantes políticos del país entrando y saliendo de nuestra casa, viendo esto y sin decir una sola palabra».
El libro de Patrick se publicó en Estados Unidos el día 5 de octubre. Ese mismo día él reconoció en varias entrevistas que tanto su hermano mayor como la viuda de su padre, que se había vuelto a casar tras divorciarse de la madre de Ted y Patrick, estaban «molestos» con el libro, pero que su madre le había ayudado a escribirlo. Pero al día siguiente, Joan Kennedy declaró por medio de un abogado que ella «no sabía que Patrick estaba escribiendo un libro, no le ayudó en el proyecto de ninguna manera, nunca ha recibido un ejemplar de él y no lo ha leído».
diez años: la primera borrachera
Pero si el libro es duro con sus padres, es aún más duro consigo mismo. Relata cómo la primera vez que se emborrachó tenía diez años, en una recepción diplomática a la que fue con sus padres, y que a los trece años ya era un bebedor habitual. Habla de sus primeros intentos de rehabilitación ?cuando todavía estaba en el instituto? y el pavor que le producía que alguien pudiera reconocerle y que su situación se hiciera pública por lo que eso suponía para la familia. Explica también como los psiquiatras estaban prohibidos por la misma razón, podrían desvelar más tarde secretos sobre la familia.
El libro comienza con un suceso que fue muy comentado en Estados Unidos. En el año 2006 el entonces congresista Patrick Kennedy sufrió un extraño accidente en Washington cuando su coche se estrelló contra una barrera de seguridad. Entonces se dijo que el joven político había sufrido una reacción alérgica al mezclar medicamentos incompatibles. En su libro, Patrick admite que no fue así, que la realidad es que estaba completamente borracho. Lo que era habitual mientras estuvo en el Congreso. Relata como rellenaba las botellas de agua con vodka y los frascos de aspirinas con pastillas opiáceas. Y así hasta 2011 cuando dimitió de su puesto y entró en la clínica Mayo para rehabilitarse. Por lo que dice ahora, esa rehabilitación funcionó porque desde entonces no ha vuelto a probar el alcohol, las drogas o las pastillas.
Por lo que se refiere a la próxima biografía, que ha escrito Timothy Naftali, tampoco parece que la familia vaya a estar muy feliz porque el historiador garantiza que se trata de una desmitificación de la figura de Jack Kennedy. Una figura que, según Naftali, sigue envuelta en parte de misterio porque eso es lo que pretendió siempre su familia. Para escribir esta biografía, Naftali ha utilizado documentos que se han desclasificado en los últimos meses y las decenas de horas de grabaciones secretas que el propio JFK hacía de la mayoría de sus comunicaciones mientras estuvo en la Casa Blanca. En esas grabaciones se le oye, según Naftali, «pensar en voz alta» y se aprecia como fue un presidente «mucho más político y mucho más pragmático» de lo que su círculo íntimo quiso reconocer.
Parece que Camelot, como un día definió Jackie Kennedy al ámbito de la que fue su familia política, ha vuelto.