Agradezco a Vegalsa-Eroski el regalo que me acaba de enviar. Una caja que escondía en su interior unas berzas, dos lechugas y un ramillete de perejil. Es decir, algunos de los productos que deberían formar parte de mi dieta las próximas semanas para que me deje de apretar el pantalón. Esta empresa tiene en marcha un precioso, ilusionante y solidario proyecto, We La alegría de la huerta, que en febrero verá la luz en los supermercados y del que les daré más datos enseguida. Antes les quiero presentar a la primera gallega en convertirse en noticia en el 2016. La chica se llama Belén Roca de Togores, es pontevedresa y se va a hablar mucho de ellas estos días, porque forma parte de la lista de ¿elegidos? para concursar en la nueva edición de Gran Hermano Vip en Telecinco, que sigue exprimiendo el formato hasta límites insospechados. Su, digamos, currículo no tiene desperdicio. En su cuenta de Twitter indica que es modelo, wedding planner y apasionada de la lectura. Normalmente se le presenta como sobrina del Nobel Camilo José Cela (lo que añade morbo al personaje). La primera vez que se habló de ella fue gracias a otro controvertido programa de la citada cadena, Mujeres y hombres y viceversa. En poco tiempo se convirtió en el centro de todas las polémicas hasta que abandonó el espacio alegando motivos personales. Otra línea de su pasado nos remite a la portada que protagonizó hace unos años en la revista Interviú. La joven es tan explosiva como extrovertida. Hasta en su día se filtró una foto suya desnuda que al parecer colgaron en las redes los que le robaron el móvil. Esta semana le mandé un WhatsApp y me contestó que, por contrato, no puede hacer declaraciones a otros medios y me remitió a lo que dijo a la cadena. Y claro, Belén dice que no va a quedar nadie indiferente y que va a dejar huella. «Entro con el corazón libre y receptivo, incluso demasiado», asegura esta pontevedresa que fue pareja del malogrado piloto Dani Rivas. Lo dicho, esta mujer está en todas.
Huerta solidaria
Las lechugas, berzas y perejil que mencionaba al principio son los primeros frutos de un proyecto en el que colaboran la Asociación Down Coruña, la compañía de hortalizas Roberto López y la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería Agrónoma de la Universidad de Santiago de Compostela. La idea es promover la capacitación e inserción laboral de personas con capacidades diferentes en el sector agrícola. «Seis chicos llevan trabajando semanas en los huertos y una séptima persona está en un súper familiarizándose con los productos», explican desde Vegalsa-Eroski, que confían en que otras empresas se sumen a la iniciativa. El mes que viene empezarán a comercializarse estas verduras del kilómetro cero en el que jóvenes con síndrome de Down están poniendo toda la ilusión para que salgan tan ricas como sanas.
Una asociación española desde Galicia
De la formación de estos jóvenes se encargaron Inma Peña Fuciños y Leila Alcalde Banet que, me cuentan, son las únicas gallegas tituladas como terapeutas hortícolas. «Se trata de aprovechar las actividades que se desarrollan en un jardín o un huerto para mejorar tu salud. Por ejemplo, si has tenido un accidente, además de ir al fisioterapeuta, puedes complementarlo con la jardinería y el ejercicio terapéutico específico que proponemos. Aprendes jardinería y mejoras tu salud. También es muy útil para las personas mayores», explica Inma. Ilusionadas con las posibilidades de su profesión acaban de crear desde Galicia la Asociación Española de Terapia Hortícola y Horticultura Escolar (Aethores). «Tuvimos que formarnos en el Reino Unido y queremos que se pueda hacer aquí sin salir al extranjero. Ya hay interés por parte de universidades gallegas», asegura. Y, mientras tanto, Belén Roca se metió en un jardín bien distinto.