El talento y la capacidad de innovación de diseñadores como Miguel Ángel Galluzzi jugarán un papel fundamental para las máquinas italianas en la siempre dura competencia entre fabricantes europeos, americanos y japoneses en el mercado de las dos ruedas.
21 jun 2021 . Actualizado a las 10:49 h.La Ducati 851 de 1987 había supuesto un avance fundamental para el fabricante de Bolonia. En 1990 le proporcionaba su primer Mundial de SBK, con el que iniciaba una brillante y prolongada etapa de triunfos, y comercialmente conseguía mejorar sensiblemente su posición respecto a la dura competencia japonesa. Pero aquella magnífica máquina tendría además una inesperada y provechosa descendencia.
En 1990, al mismo tiempo que la empresa encomendaba a Pierre Terblache el desarrollo de un nuevo modelo de carretera, el joven diseñador Miguel Ángel Galluzzi conseguía que Massimo Bordi, entonces director técnico del Grupo Cagiva, le permitiese trabajar durante sus vacaciones de verano en una propuesta propia que venía imaginando tiempo atrás. Una moto en la que prescindiría completamente de los carenados inspirados en los modelos de competición, y para la que utilizaría como base aquella 851, dejando a la vista su chasis de celosía, y diseñando deposito, asiento y manillar completamente nuevos. El resultado no convencería inicialmente a Bordi ni a los hermanos Castiglioni, propietarios de Cagiva, pero finalmente el apoyo al proyecto de varios de los importadores de Ducati permitiría que la M900 se presentase en el Salón de Colonia del año 1992, y la buena acogida propiciaría su entrada en producción al año siguiente.
Para su comercialización adoptaría la denominación de Monster, tal como Galluzzi la había bautizado en recuerdo de los juguetes Monster in my pocket que solía regalar a sus hijos, y su inmediato éxito supondría que fuesen pronto añadiéndose nuevas versiones, dando lugar a una saga que aún continúa y que, hasta la aparición del modelo actual en diciembre del pasado año, se mantenía básicamente fiel a aquella imagen que la había consagrado como iniciadora -o reiniciadora- de la categoría de las naked. El modelo más vendido y rentable de la historia de Ducati proporcionaría desde su lanzamiento un importante aporte económico a la empresa, en épocas de difícil supervivencia.
Para su diseñador, la Monster sería el primer hito, y aun el más recordado, de una carrera recién iniciada. Nacido en 1959 en Buenos Aires, en el seno de una familia de ascendencia italiana que compartía afición y dedicación a las motos, durante su infancia su inclinación sería la música, y su aspiración llegar a ser un gran batería, pero un regalo de cumpleaños en forma de motocicleta terminaría por decantarle hacia las dos ruedas. A los 15 años comenzará a participar en pruebas de motocross, y en 1976 realizará su primera visita a Estados Unidos, gracias a la invitación de un tío suyo, piloto de automóviles, asentado en Miami. La incorporación al servicio militar en 1978 supondrá un tiempo muerto durante el que se distraerá dibujando motos y coches, y tras el que volverá a Estados Unidos para cursar estudios de ingeniería mecánica. Tras dos años en la Universidad de Miami, conseguirá ingresar en el Art Center College of Design de Pasadena, en el que se graduará en 1986.
Tras intentar sin éxito conseguir trabajo en los estudios de diseño de Yamaha y Honda en California, comenzará su carrera profesional trasladándose a Alemania para incorporarse a General Motors en Rüsselsheim, de donde en poco tiempo pasará al recién establecido centro de diseño de Honda en Milán, en el que su estancia será también breve.
En 1989 conseguía una entrevista con Claudio Castiglioni y se incorporaba al Grupo Cagiva, donde permanecería los siguientes 17 años, hasta que en 2006 asuma el puesto de director de diseño de Aprilia, que desde dos años antes junto a Moto Guzzi formaba parte del Grupo Piaggio, en el que a partir de 2012 será responsable del Centro de Diseño Avanzado establecido en Pasadena.