En 1922 nacía en París la marca Sandford como una variante evolucionada de un tipo de automóvil de tres ruedas surgido en Inglaterra a principios del siglo XX. Livianos, fiables y muy dinámicos, con sus dos ruedas delanteras direccionales consiguieron grandes logros en carreras. Para muchos, los modelos Sandford son los vehículos de tres ruedas más hermosos de la historia.
19 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.«Conducir un auto de tres ruedas es casi como volar sin levantarse del suelo». Así definió el capitán Albert Ball, un as de la aviación de la Primera Guerra Mundial, este tipo de vehículos. Aunque se refería concretamente a su preciado Morgan de tres ruedas, auto que sirvió de inspiración para los Sandford, su frase nos revela la posible percepción que se obtenía con este concepto automotriz. Con un peso muy reducido y un centro de gravedad bajo, se lograba una relación entre el peso y la potencia sorprendente. Un tipo de vehículos que en los primeros años del siglo XX empezaban a ser muy demandados, ya que, además de contar con buenas cualidades dinámicas a un precio competitivo, gozaban de un sustancioso beneficio fiscal al no ser gravados por su poco peso y baja potencia
EL COMIENZO
En 1922, Stuart Malcom Sandford (1889-1956), un reconocido piloto inglés de motocicletas y francés de adopción, decide comenzar la construcción de sus propios vehículos de tres ruedas a las afueras de París.
Todo había comenzado tres años antes cuando, tras la Gran Guerra, se dedicaba a vender excedentes de vehículos militares de dos ruedas, además de importar motocicletas inglesas. De esta manera entró en contacto con la fábrica Morgan, constructor inglés de triciclos motorizados que contaba con numerosos seguidores. Unos meses después se convirtió en comercializador de estos productos a través de la fábrica parisina Darmont, encargada de la construcción de estos vehículos bajo licencia Morgan. Además de su labor como comercial, participó en varias competiciones con triciclos Morgan-Darmont con reconocido éxito, lo que se transformaba en un reclamo de ventas óptimo. Esta relación, sin embargo, solo dura tres años, lo suficiente para adentrarse por su cuenta en la fabricación y mejora de este tipo de autos de tres ruedas.
Sus primeros vehículos fueron construidos, bajo licencia Morgan, en un pequeño taller parisino con solo 12 empleados. Inspirados en un primer momento en los Morgan ingleses, con el tiempo fue evolucionando el concepto y consolidando su propio estilo como marca Sandford, llegando a adquirir un estatus de constructor de vehículos fiables y de calidad. Además, gracias a sus logros en varias competiciones de renombre los pedidos fueron progresando de forma positiva.
En los primeros momentos la producción se enfocaba exclusivamente a vehículos ligeros de tres ruedas, aunque también fabricó varias unidades de cuatro ruedas. A lo largo de sus casi 17 años de vida, la producción de vehículos fue muy limitada, ya que no construía más de dos automóviles al mes. Siempre de forma artesanal, con una sencillez extrema pero utilizando materiales muy refinados. Además, los propulsores, siempre suministrados por el pequeño fabricante francés Ruby, ofrecían dureza y resistencia en cilindradas que variaban entre 750 y 1.100 centímetros cúbicos. A diferencia de los Morgan, dichos motores estaban ubicados bajo un capó real.
RASGO DIFERENCIADOR
Su silueta baja y muy alargada de líneas estilizadas y equilibradas lo diferenciaba de la competencia. Su gran cola trasera puntiaguda y un capó largo, donde escondía el propulsor, eran sus principales señas de identidad externas. Además, la ya comentada alta calidad de los materiales empleados le otorgaban una gran integridad estructural, lo que se traducía en consistencia dinámica. El precio, sin embargo, resultaba su talón de Aquiles, era muy superior al de sus rivales directos como Morgan, Darmont o D’yrsan, aunque se compensaba por su gran fiabilidad.
A lo largo de su existencia se realizaron varios modelos, algunos como el Tourist, el Sport o el Super Spor tuvieron una gran aceptación. Este último, con motor de 1.088 cc, desarrollaba unos 50 CV, y utilizando un compresor podía llegar hasta los 170 km/h de velocidad, como así quedó demostrado en una prueba celebrada en 1929 cerca de París.
En 1934 se construyó un modelo más económico, aunque sin perder calidad, para lo que se utilizó un motor bicilíndrico. A pesar de ello, este costaba 28.500 francos, solo 5.500 menos que algunos deportivos de cuatro ruedas de la competencia como el MG TA o el Singer Le Mans. Según un reportaje de la época, se realizó una comparación entre estos modelos, siendo el Sandford ganador en lo que denominaron «dinamismo en carretera».
Los años siguientes a la Gran Depresión del 29, la demanda de este tipo de vehículos fue disminuyendo gradualmente. A pesar de ello, Sandford se mantuvo fiel a su concepto de vehículo básico y de calidad hasta su desaparición con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial en 1939, aunque a partir de 1936 la producción ya resultaba residual.
El type P, un tres ruedas singular
La unidad de las fotos fue adquirida en los años 90 por la Fundación Jorge Jove en Francia. Presenta un estado óptimo y con un estado de origen casi total, con motor de cuatro cilindros y transmisión por doble cadena. Representa un ejemplo del tipo P, una variante adaptada a carretera nacida en 1930 y cuya producción fue escasa, debido a su baja demanda, así que las pocas unidades fabricadas hacen que estemos ante un ejemplar muy raro. Aunque no existe un registro fiable, según varias asociaciones francesas especialistas en este tipo de vehículos el parque construido por Sandford puede rondar entre las 150 y 200 unidades en total. Este coche es un claro ejemplo de patrimonio automotriz de obligada conservación. Un triciclo que será exhibido en el futuro MAHI, Museo de la Automoción y la Historia, un espacio de atracción didáctica único en España, además de un concepto vanguardista de actividades museísticas para todas las edades.