La empresa ha desarrollado grandes avances tecnológicos que ahora son estándares en el sector
05 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Desde que en 2012 decidió entrar en el negocio de fabricación de estructuras para energía eólica marina, Navantia ha introducido en el sector grandes avances tecnológicos que han contribuido a convertir a la empresa en un actor de referencia. Se trata de conceptos originados en la construcción naval, como los métodos de construcción modular, los procesos de soldadura y los métodos de control dimensional que ahora se han convertido en estándar en el sector, ya que las compañías energéticas los han adoptado en sus diseños y así han calado en toda la cadena de valor.
También se ha aplicado a estas construcciones la robotización y automatización de la producción, para lo que Navantia ha hecho desarrollos propios como el robot de soldadura de nudos, que se usará comercialmente por primera vez en el proyecto del parque francés de St. Brieuc.
En la industria de la eólica marina hay una auténtica efervescencia en el desarrollo de nuevas tecnologías y conceptos para impulsar su rentabilidad y sostenibilidad. El avance de los gemelos digitales de parques eólicos para optimizar su mantenimiento o la generación de hidrógeno a partir de energía eólica marina son ya opciones de futuro.
La transición energética será un componente principal de los planes nacionales y europeos de recuperación poscovid y la eólica marina es un elemento clave en este modelo que camina hacia una energía más justa.
En el último trimestre del año 2020, los proyectos de energía eólica off-shore operativos -puestos en marcha en los últimos 15 años- sumaban 30 gigavatios, mientras que los que ahora están en construcción o comprometidos suman 36,6, lo que da una idea del rápido crecimiento del sector. Se espera que en 2030 estén operativos o en construcción un total de 236.
Hasta la fecha, la mayor parte de los parques eólicos marinos se han desarrollado en aguas poco profundas, con estructuras como los monopilotes o monopiles -los más instalados por su versatilidad en distintas profundidades y por sus bajos costes de fabricación e instalación- o las jackets fijas, de las que Navantia ha construido ya un centenar. Sin embargo, en la costa española la plataforma continental es muy estrecha. En este contexto, Navantia ha conseguido en tiempo récord especializarse en la construcción de cimentaciones flotantes, única opción para explotar el recurso eólico en aguas profundas, que es el caso de la costa española.
Único en el mundo
El astillero de Fene es, actualmente, la única factoría europea que ha fabricado cinco unidades tipo spar para el proyecto Hywind de Equinor en el Reino Unido, una unidad para el de Windfloat Atlantic desarrollado por Windplus en Portugal y cinco plataformas flotantes para el de Cobra Wind, también en el Reino Unido.
El desafío de construir más estructuras y más grandes
En particular, en la eólica flotante hay importantes barreras de entrada que limitan el acceso de nuevos fabricantes a este mercado, pues se requiere mucho espacio para producción, ensamblaje y almacenamiento de los componentes. Hay muy pocos espacios en Europa que cumplan con todos estos requisitos.
De cara al futuro, es posible que la eólica flotante se haga realidad mediante la producción de componentes en distintos lugares y un ensamblaje en instalaciones cercanas a aquellos lugares con una profundidad marina adecuada y, al mismo tiempo, que tengan suficiente espacio de almacenamiento.
El reto para Navantia es mantener la competitividad y ser capaz de construir estructuras cada vez más grandes y, a la vez, un mayor volumen de ellas, para lo que se presentan como claves los acuerdos con otras empresas, incluidos otros astilleros en el ámbito internacional.
Navantia es un actor neutral en el campo del diseño y coopera con desarrolladores y diseñadores potenciales, lo que permite contribuir con una visión de fabricante, de manera que los diseños tengan en cuenta también los costes de producción, ensamblaje, transporte y mantenimiento.
La empresa ha logrado ya once contratos en cinco países, por un valor total de 900 millones de euros y con ejecución en Fene, Puerto Real y en la instalación de Navantia-Windar Renovables -firma con la que Navantia tiene una alianza para la producción de componentes para el sector de la eólica marina- del puerto de Brest, en Francia.
Las instalaciones de la planta de Perlío, sometida a mejoras puntuales, se han adaptado perfectamente al nuevo producto. Una planta adecuada, una experiencia en la construcción con acero que ha permitido introducir nuevos estándares, un entorno marino propicio y una decidida voluntad pública y privada son los ejes que hacen de Navantia un foco para el desarrollo de la energía eólica marina.
Efecto tractor
Del mismo modo que sucede en la construcción naval, Navantia ejerce un efecto tractor en la industria complementaria en el mercado de la eólica off-shore, puesto que cuenta con una red de subcontratistas especializados que se han adentrado en este segmento a través de los contratos que ha ido firmando la empresa pública.
La compañía, que cuenta con un nombre propio en el reducido grupo de astilleros que han desarrollado encargos en este sector, también cuenta entre sus fortalezas con la capacidad de llegar a acuerdos y de producir simultáneamente obras en varios países, como ha hecho con la construcción naval.