«Este pulso lo vamos a ganar, no nos cerrarán los astilleros»

M. Cheda FERROL

FERROL

Entrevista | José Antonio Barroso El regidor, un castrista confeso, alude a la crisis del naval y dice amenazante: «Hasta donde esté dispuesto a llegar Zapatero con su política, allí llegaremos los trabajadores»

12 ago 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

Antes trabajaba en la grada, construyendo barcos. Pero ahora viste corbata y gobierna un municipio algo más grande que Narón, de 37.000 habitantes: Puerto Real, en Cádiz, donde Izar posee un astillero con 1.265 empleados fijos. Desde la plataforma de ayuntamientos afectados por la reconversión naval, José Antonio Barroso (Izquierda Unida) promete batalla. Así lo dijo ayer en Radio Voz. -¿Hasta dónde están ustedes dispuestos a llegar? -Hasta el límite máximo. Hablar del naval aquí no sólo es hablar de economía y empleo, sino también de cultura industrial. Arrancar los astilleros de nuestra tierra es tanto como arrancar las páginas de un libro que se viene escribiendo desde hace casi quinientos años. -¿Dónde se encuentra ese límite máximo: guerra en las calles, manifestaciones? -Dependerá de la actitud, cerril o no, del Gobierno. Hasta donde esté dispuesto a llegar Zapatero con su política, allí llegaremos los trabajadores. -Se refiere a los trabajadores. ¿Y los sindicatos? -Me tiene ciertamente preocupado el comportamiento que puedan tener, por si se limitan en exclusiva a tratar de defender los intereses del personal de plantilla, olvidándose de las contratas. La silenciosa reconversión naval se ha venido resolviendo con prejubilaciones y bajas incentivadas que han afectado al plantel. Pero, ¿qué ocurre con los otros? La inmensa mayoría ya están en la calle, parados. -Habla de bajas incentivadas, prejubilaciones... ¿Y las concentraciones y cierres? -Lo fundamental no es que se cierren o no centros, sino a quién afecta. Si la concentración optimiza recursos y garantiza el empleo existente, se puede discutir. Pero lo que no admite discusión, desde nuestro punto de vista, es que conlleve reducción de empleo, bajo ese eufemismo deplorable que son las bajas incentivadas y las prejubilaciones. El empleo público no es propiedad del titular del puesto de trabajo, lo es de la sociedad, que demanda su mantenimiento, para ser ocupado por el que venga detrás. -Menciona «nuestro punto de vista». En la plataforma va usted, de IU, de la mano de una alcaldesa del PP, la de Cádiz. Quién iba a decirlo, ¿no? -Mire usted, yo sólo voy de la mano ideológica de Fidel Castro Ruz. Con la señora Teófila Martínez nada tengo que ver. -Pero dos partidos tan distanciados como los suyos han hecho frente común... -Sí, sí, y también el Partido Andalucista y el BNG; y esperemos que pronto se sumen tanto el PNV como el PSOE. -En cambio, a nivel nacional, IU no está planteando mucha guerra en este asunto... -Con absoluta sinceridad: no me quita el sueño el comportamiento que en este tema tenga Gaspar Llamazares. Puede haber sido encantado por la mueca -llamada sonrisa- de Zapatero, narcotizado por éste con el señuelo del trato preferente a Izquierda Unida. Trato que, por cierto, no veo. -Si hay pancarta, ¿se van a poner los alcaldes tras ella? -Si la hay, me pondré tras ella con el puño derecho en alto, el que identifica a los comunistas y al poder político de la razón, el que da testimonio de la contundencia y del compromiso de llegar hasta el final. Frente a la violencia de la acción del Gobierno, que es de cuello blanco, ejerceremos todas aquellas acciones que le hagan cambiar de actitud. Este pulso lo vamos a ganar, esta gente no nos cierra los astilleros. Y, si lo hace, lo tendrá que hacer por encima de nuestro cadáver político.