El tetracampeón del mundo de ralis, Sébastien Loeb, y su compañero de equipo, el español Dani Sordo, visitaron ayer por la mañana el centro de producción de la multinacional francesa en Vigo PSA Peugeot Citroën, para celebrar el primer medio siglo de vida de una de las mayores fábricas del grupo automovilístico galo y la mayor planta industrial de toda Galicia.
El piloto francés, que lleva camino de convertirse en el mejor de la historia de los ralis y en una leyenda viva del automovilismo de alta competición, complació a todos aquellos que oyeron cómo hizo comentarios, asombrado, acerca de la perfecta maquinaria en la que se ha convertido una fábrica de coches.
«La visita ha sido muy interesante -dijo el indiscutible actual monarca de las pistas de tierra- y me ha gustado la enorme coordinación que tiene que existir entre todo para que se puedan producir tantos vehículos, porque no sabía que salían tantos coches». Pues unos 2.100 diarios, tras los últimos ajustes.
Por la mañana, antes de sus declaraciones a los medios de comunicación, los dos pilotos del equipo Citroën Sport visitaron una buena parte de los talleres de la planta de Vigo. Seguro que a más de uno se le pasó la noche en blanco pensando en el momento de poder ver, saludar o incluso hablar con alguno de sus ídolos.
Pero estos pocos elegidos que tuvieron la fortuna de poder dar explicaciones a Loeb o a Dani Sordo -que fue el más atrevido y curioso de los dos pilotos- no fueron tan felices, ni siquiera la mitad, en este reino del automóvil, como aquellos dos empleados a los que el viernes les tocó la pareja de guantes con los que Loeb y Sordo pilotaron sendos Citroën C4 WRC en Nueva Zelanda, con un doblete rotundo para el constructor francés.
Los agraciados fueron Iago Alonso (recibió los guantes de Loeb), quien habrá tenido poco tiempo para lucirlos por ahí puesto que trabaja en el turno de noche en la sección de control de calidad; y Manuel Méndez, propietario desde ayer de los guantes del español Dani Sordo, y que trabaja en la sección de montaje de fin de fábrica. Los dos recibieron su premio ayer.