Humor retorcido

Miguel Salas Q

FERROL

30 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

uerido Edu: Entre los estudiantes extranjeros que vienen a mi universidad a aprender chino hay algunos hispanos. Siempre animo a mis alumnos a que tengan contacto con ellos, para que pongan en práctica lo poco que aprenden en el aula. Algunos -los mejores y los peores de la clase- me hacen caso. Los mueven diferentes motivos, como podrás imaginarte: los empollones quieren aprender más, los vagos que les hagan los deberes.

La semana pasada, una de estas vagas redomadas, meticulosas, concienzudas, tenía que exponer en clase un tema de cultura española. Eligió la pintura de Picasso y, después de presentarse, comenzó diciendo, en un impecable español que delataba la ayuda de un nativo: «Pablo Picasso, más conocido como Pablo Mármol, nació en Málaga».

Podrás imaginarte el respingo que di. No quise pararla porque había muchos alumnos delante. La criatura, ajena al humor negro del cabrito de su negro -valga la redundancia- se pasó veinte minutos hablando de los años que Pablo Mármol pasó en Coruña, donde conoció al pintor Pedro Picapiedra, del amor que sentía por su mujer, la Tarara, y de su influencia en artistas franceses como Bertín Osborne y Severiano Ballesteros. Es lo malo que tiene no hacer la propia tarea. Me pasé la exposición mordiéndome la lengua, dividido entre la risa y la lástima. Pobre chica. No sé quién le escribió el trabajo, pero ese humor retorcido, sangrante, carnavalesco, lleva el sello indeleble de lo hispánico.