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Al éxito sobre zapatos ferrolanos

José M. Ameneiros FERROL / LA VOZ

FERROL

JOSÉ PARDO

La empresa abrió hace cuatro años y ya dispone de once tiendas

18 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

En noviembre se cumplirán cuatro años desde que Dick&Paul abrió en A Coruña su primera zapatería. Lo que empezó con una pequeña tienda es hoy una cadena de once locales, repartidos por Galicia e incluso en Salamanca, Valladolid o Bilbao, donde precisamente hoy se inaugura uno. Pablo Castro (Ferrol, 1987), copropietario junto a Diego do Rego y Eva Gil, hace un repaso por la breve pero intensa historia de su negocio.

«En el momento de la apertura era un hobby -recuerda Castro- y apostamos por un nicho de mercado que creíamos que estaba obsoleto», dice. Así abrió la primera tienda en A Coruña, donde se podía adquirir principalmente zapatería, además de complementos. Eso sí, los empresarios tardaron siete meses en ofrecer calzado de elaboración propia. «Conseguimos dos fabricantes que confiaron en nosotros a pesar de tener solo una tienda, y hoy seguimos con ellos», dice Castro.

¿Qué distinguía a Dick&Paul? «La premisa que teníamos era apostar por otro tipo de calzado, más vistoso y menos tradicional», explica el propietario, que también dice que intentaron innovar en cuanto al formato de tienda: «es más tipo boutique», define Castro.

A día de hoy, esa idea inicial poco ha cambiado. Siguen con zapatería y complementos, «aunque quizá en un futuro metamos una pequeña línea textil», aventura el gerente. Eso sí, se han introducido novedades. La primera, la tienda on line, abierta en 2010, pero que actualmente está parada porque, según Castro, las reservas de material se quedaban cortas. «La reabriremos en breve», afirma.

La segunda, un servicio de personalización de zapatos para las mujeres. «Hay mil combinaciones: se puede elegir la piel, la suela...» detalla Castro. Este calzado va desde 195 a 230 euros, aunque el precio medio de la tienda es de 70 u 80 euros.

Para el futuro, Castro y sus socios han puesto la vista en Madrid, donde quieren abrir el siguiente local. «¿La clave? El empeño personal y, en ocasiones, el reinventarse», concluye el propietario.