La F-104 estará casi cinco meses fuera de su base de Ferrol

FERROL

JOSÉ PARDO

La Armada tiene previsto que la fragata zarpe mañana para entrar en la operación Atalanta contra la piratería

03 nov 2012 . Actualizado a las 18:34 h.

Si no se producen imprevistos de última hora, la fragata F-104 zarpará mañana de Ferrol para desplegarse dentro del operativo Atalanta contra la piratería en el Índico como buque de mando.

Aunque esta tarea se desarrollará entre el 6 de diciembre y el 6 de marzo del próximo ejercicio, los más de doscientos integrantes de la dotación, mayoritariamente gallegos y de la comarca de Ferrolterra, permanecerán casi cinco meses fuera de su base.

Antes de entrar en el dispositivo el barco llegará a aguas de Rota para, allí, realizar la pertinente calificación operativa. Se trata de una serie de ejercicios y pruebas a través de los cuales la Armada certifica que la unidad se encuentra perfectamente preparada para atender la misión que se le encomienda, en este caso la lucha contra la piratería.

Luego, una vez finalizado su período de mando el 6 de marzo, tendrá que realizar la navegación de vuelta a Ferrol, por lo que su llegada de nuevo al Arsenal se producirá, si no hay contratiempos, a finales de ese mes.

Será el contralmirante Pedro Ángel García el que, a bordo de la Méndez Núñez, ejerza de nuevo el mando de la Fuerza Naval de la Unión Europa (Eunavfor) por parte de España.

La operación Atalanta tiene como objetivo principal la protección de los buques del Programa Mundial de Alimentos con ayuda humanitaria para Somalia, país devastado por la hambruna, la sequía y los enfrentamientos entre clanes rivales. También dará escolta a otros mercantes que naveguen por la zona y abordará, de forma consentida o no, todas aquellas embarcaciones que puedan resultar sospechosas de piratería.

La F-104 se incorpora a un dispositivo que desde el pasado mes marzo presenta una importante novedad, que es la posibilidad de atacar bases piratas en tierra, aunque el objetivo no son las personas, sino los materiales, como esquifes o almacenes de combustible y armamento. La presión de los buques de guerra de la Unión Europea y la presencia cada vez más generalizada de seguridad privada a bordo de mercantes y pesqueros ha provocado que el número de ataques este año sea el más bajo de los últimos ejercicios, aunque todavía se continúan produciendo y esas aguas se siguen considerando extremadamente peligrosas.