Mesones y restaurantes se benefician del tirón de las pruebas
05 sep 2019 . Actualizado a las 10:40 h.Las excelentes olas de Pantín y el campeonato Abanca Galicia Classic Pro han vuelto a obrar el milagro. Un año más, cientos de personas se han acercado a Valdoviño para poder disfrutar del espectáculo de los surfistas sobre las olas desde la misma playa, pero también -y ya de paso- para descubrir los impresionantes paisajes del municipio y alegrar el paladar con los sabores de la comarca. El impacto en la hostelería de la zona es notable, tanto que algunos desearían que se celebrase más de un campeonato al año.
«¡Ojalá organizasen otro en enero! A principios de año la clientela escasea mucho y la verdad es nos vendría muy bien otro evento así para darle vida al local», bromea Aaron Vergara, del restaurante El Gitano de Valdoviño. Aunque a este establecimiento no le cuesta trabajo llenar su comedor estos días, porque cuenta con una clientela fiel desde hace ya muchos años, Vergara reconoce que con el Abanca Galicia Classic Pro sí se nota que hay más movimiento. «Si no fuese por el campeonato, seguramente tendríamos entre veinte y treinta clientes menos al día, así que estamos contentos, porque con estas pruebas el bajón con respecto a agosto no se note tanto», comenta el hostelero.
La marisquería Casa Caneiro (Pantín) también se ha beneficiado del tirón de la cita deportiva que se desarrolla en Pantín. «La verdad es que sí que lo notamos mucho. Los surfistas no nos visitan tanto, tal vez porque solo trabajamos el marisco, pero sí recibimos a muchos patrocinadores del evento y a turistas que vienen a ver el campeonato», anota Manolo Caneiro, responsable de un mesón que deleita a sus comensales con todo tipo de manjares marinos: pulpo, mejillones, longueirones, berberechos... Y por supuesto, los suculentos percebes de la costa ártabra.
Y si el Galicia Classic Pro ha contribuido a hacer sonar con más alegría las cajas registradores de mesones y restaurantes, un tanto de lo mismo ha ocurrido en los cámpings y alojamientos de la zona. De ello dan buena fe en el hotel A Torre do Lago, abierto hace apenas diez meses a poca distancia de la playa de Lago. «Ahora mismo estamos al 100% de ocupación y, entre los huéspedes que se encuentran alojados, tenemos tanto a surfistas que están compitiendo como a gente que viene a ver el campeonato», apunta la responsable, Susana Veiga.