
La empresa hará en Ferrol el buque más ecológico de la Armada española, la F-110
13 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Impulsar una industria de la construcción naval sostenible y dejando atrás las prácticas de mayor impacto medioambiental forma parte de la estrategia de Navantia, que tiene en marcha distintas actuaciones para conseguir esos fines. Así, se ha sumado a la lucha contra el cambio climático, adhiriéndose al Pacto Mundial de Naciones Unidas y ha incluido entre sus prioridades, entre otros, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) número 12 «Consumo y producción sostenibles», número 13 de «Acción contra el Clima», y el número 14 «Vida Submarina».
Las actuaciones que ha puesto en marcha y las que diseñará en ese camino alcanzan todas las áreas de la compañía y pretenden convertirse en un pilar de su actividad. La compañía trabaja en el diseño de barcos menos contaminantes, que superan el cumplimiento de las normas internacionales al respecto (entre ellas las de Marpol), y utiliza la innovación para que tanto sus modelos de barcos como el resto de servicios que presta vayan en esa misma dirección. Así, Navantia está desarrollando modelos de eficiencia energética de sus buques que permitan simular la navegación en distintas condiciones, para ofrecer un servicio a sus clientes que les permitan seleccionar de forma anticipada el modo de navegación más sostenible en cuanto a la ruta, la velocidad, las condiciones de calado o trimado para garantizar el menor consumo de combustible o las más bajas emisiones contaminantes en la exhaustación.
Un claro ejemplo de ese compromiso es el diseño de la futura fragata F-110 para la Armada española, que comenzará a fabricarse en el astillero ferrolano a principios del año 2022. Se trata de un buque que será el más ecológico con el que contará la flota militar española. Así, consumirá menos suministro de luz que sus antecesoras, dispondrá de doble casco y se adaptará a los más altos estándares medioambientales que exige la legislación. La fragata tendrá una propulsión eléctrica —menos contaminante y más silenciosa—, además de una mayor eficiencia energética, un incremento en el uso de materiales sostenibles y una reducción de otros tradicionales, como los cables, por la utilización de un nuevo sistema integrado. De hecho, Navantia ha desarrollado proyectos de investigación en este sentido y prevé reducir hasta en un 20 % el uso de los cables.

Además, sus tanques estarán dispuestos de una forma que, en el caso que se produjese un vertido, sus consecuencias serían mínimas.
Por otro lado, de la mano del sector de la eólica marina, el astillero de Fene se ha especializado en una industria, la de generación de electricidad con la fuerza del viento, respetuosa con el medio ambiente.
Después de adentrarse en este mercado con Iberdrola —que ya ha realizado tres encargos a la firma naval para otros tantos de sus parques—, Navantia ha sabido posicionarse en un sector altamente competitivo con la fabricación de cimentaciones de diseños muy diversos, adaptándose a los requerimientos establecidos.
Además de la factoría de Fene, la gaditana de Puerto Real también se ha especializado en el mercado de la eólica marina, aportando soluciones a la obtención de una energía verde y más sostenible frente a otras formas de producción.
Además de fabricar cimentaciones fijas —de tipo jacket— para distintos parques europeos, Navantia también ha construido la estructura y la subestación eléctrica para las granjas de aerogeneradores en el mar. En tiempo récord ha logrado también pedidos para construir estructuras semisumergibles o para parques flotantes.
Huella de carbono
En el conjunto de la empresa, la compañía trabaja para lograr factorías sostenibles mejorando la eficiencia energética para reducir su huella de carbono en línea con los objetivos nacionales de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, y se ha marcado unos altos objetivos para valorizar la mayor parte de los residuos generados en las distintas actividades que realiza, destinándolos a tratamiento en lugar de a depósito.
Eólica marina
El astillero de Fene se ha posicionado en solo un lustro como uno de los grandes referentes en el sector de la eólica marina a nivel internacional. No solo ha fabricado estructuras fijas tipo «jacket», la mayor parte para la eléctrica española Iberdrola, sino también otros tipos de estructuras de diverso diseño para parques flotantes, un modelo de granjas que tiende a generalizarse, ya que las franjas marinas más cercanas a la costa ya están siendo utilizadas. En estos momentos, la antigua Astano fabrica componentes para una parque que funcionará en Escocia y a partir de la próxima primavera está previsto que inicie la ejecución de las 62 estructuras que sustentarán los aerogeneradores del que será el primer parque de eólica marina de Iberdrola en Francia.
Reparaciones utiliza un método de chorreo con menos impacto en el entorno
La división de Reparaciones de la ría ferrolana utiliza ha puesto en marcha mecanismos de chorreado de los buques más respetuosos con el medio ambiente. Así, para la preparación de superficie en los cascos de los buques para eliminar el óxido y los restos de pintura, usa la tecnología WAB (Wet Abrasive Blasting) también denominada Chorro húmedo, que consiste en un chorro de granalla rodeado por una corona concéntrica de agua lo que minimiza la nube de polvo en suspensión típica del chorro seco.

Además, en estos momentos se trabaja en el filtrado y reutilización de manera sostenible del agua necesaria en este tipo de operaciones.
Tradicionalmente se usaba el chorro seco, que consiste en la proyección de granalla a alta velocidad (energía) en un chorro de aire comprimido.
La granalla más utilizada es el silicato de hierro y se obtiene mediante la molienda de la escoria producida durante el proceso de refino y fundición del cobre. Aparte de costes de producción y de transporte, tiene un cierto contenido en sílice lo que puede provocar silicosis en las personas que la inhalan, a la par que requiere un coste de tratamiento de residuos una vez utilizada.
Reducción de polvo
De ahí que la empresa naval pública decidiese emplear otro tipo de procedimiento alternativo en sus instalaciones de la división de Reparaciones —que cuenta con muelles y diques tanto en su astillero de Ferrol como en el de Fene— para contribuir a la reducción de las emisiones de polvo a la atmósfera.