Luis Ferreira: «En Galicia, si faltan las fiestas sería una ruina muy grande, porque mueven mucho dinero»
FERROL
Este empresario de As Pontes cifra en veinte mil euros la inversión precisa para reactivar una orquesta tras el parón forzado por el covid
03 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.El pontés Luis Ferreira, responsable de Espectáculos Soto y socio de Gaias Eventos, la agencia creada en 2017, lleva más de 30 años en el sector de las orquestas. Durante mucho tiempo fue agente, con la exclusiva de varias formaciones en la zona de Ferrolterra y parte de la provincia de Lugo. Gaias Eventos representa a unas 70 orquestas, entre ellas París de Noia, Marbella, La Oca, Los Satélites o Los Players, algunas con miles de seguidores. El parón provocado por la pandemia golpeó de lleno al sector, del que viven unas siete mil personas en Galicia, entre las orquestas y los feriantes.
-Parece que llega, al fin, la salida definitiva, tras un año y medio sin apenas actividad en el sector.
-Definitiva, definitiva, no lo sé, pero por lo menos se ve una luz, que acaba el túnel. Ahora se están haciendo estos festivales pagados por la Xunta por toda Galicia, primero fueron en Santiago y Narón... y este fin de semana [anoche] en Lugo. Cara al año que viene confiemos en que empiecen las contrataciones.
-En realidad, han perdido dos temporadas casi completas.
-Sí, porque nuestra temporada empieza en marzo y acaba en octubre. Este verano se hizo algo por Pontevedra, hubo bastantes fiestas, pero en la provincia de A Coruña los alcaldes y los concejales son bastante reacios, contratan grupos de folk y rock, y yo no estoy en contra de eso, pero también podían meter orquestas, porque podemos hacer el formato que quieran.
-El parón fue radical.
-Las orquestas estaban a punto de salir, para las fiestas de San José. Ya estaba todo preparado, los seguros de los camiones, las ruedas, la ITV pasada, todo el montaje... y las pólizas de crédito, que es como se suele trabajar. Son inversiones que se hacen para pagar a finales de octubre, cuando acaba la temporada, pero no recaudaron nada y no pudieron cubrirlas. En este sector es imposible ahorrar... Y ha sido el peor parado, con cero ingresos en todo el año pasado.
-¿Cómo han aguantado?
-Los que pudieron fueron al ERTE [expediente de regulación de empleo temporal] y otros buscaron trabajos de camareros o en otras empresas. Pero los músicos, más del 90 % viven exclusivamente de la música y no saben hacer otra cosa, pero han tenido que buscarse la vida.
-En tiempos «normales», ¿pueden vivir todo el año de la música?
-La París de Noia o la Marbella tienen 250 fechas al año. También se trabaja bastante en invierno, en salas de fiestas y alguna verbena, aunque se factura menos que en verano. Y cuando no trabajan tienen que ensayar los temas nuevos, les ocupa el año entero.
-Pero en las orquestas más pequeñas no será así...
-Algunas no pueden hacerlo, pero ahora la mayoría viven exclusivamente de la música. Muchas orquestas no han salido [este verano] ni pueden hacerlo ahora, porque reactivarlas conlleva mucho dinero. Hay que buscar los músicos, asegurarlos ya para realizar los ensayos, pasar la ITV del tráiler, los seguros, el impuestos del rodaje. No llegan veinte mil euros para poner a punto una orquesta de veinte personas. Mientras no empiecen a trabajar al cien por cien, esperarán.
-¿Mantienen contacto con las comisiones de fiesta?
-También están paradas, suelen organizar cenas baile o churrascadas, vender lotería... para recaudar fondos, y ahora empiezan de cero. Va a llevar un año ponerse a funcionar de nuevo.
-¿Teme que alguna ya no vuelva?
-Algún sitio puede ser que deje de tener fiesta, pero irán a la de al lado, unos animan a los otros, y de ahí sale una comisión de fiestas nueva. La juventud se está animando a organizar las fiestas.
-¿Cómo es la relación de los representantes de Gaias Eventos con las comisiones?
-Tenemos en todos los sitios, Ortigueira, Narón... por zonas. Asesoran a las comisiones, ponen el precio y gestionan los permisos. Cada vez es todo más exigente, y también tienen que estar pendientes de dónde se hacen los montajes, porque son escenarios muy grandes que no entran en cualquier sitio, ni resiste cualquier tipo de suelo. El de la París, cuando está abierto del todo, tiene 33 metros de frente.
-La agencia de la que es socio también trabaja fuera de Galicia...
-El 40 % de nuestro trabajo es en Asturias y León, algo en Zamora y también en Madrid, donde va mucho la París.
-Pero las fiestas patronales en Galicia representan algo más...
-En verano, cuando está tocando la orquesta y la gente de fuera se acerca a comer el pulpo o el churrasco... Muchos vienen de fuera, de Barcelona y de otros sitios, y nos preguntan si podemos llevar allí el espectáculo, les encanta. En Galicia, si faltan las fiestas sería una ruina muy grande, porque mueven mucho dinero, sean donde sean, en las ciudades, en las villas, en los pueblos más pequeños... Dan trabajo a los restaurantes, a las ferreterías, a los comercios, a las gasolineras... Mueven mucho porque las orquestas necesitan de todo, equipos de sonido, luces... y todo eso se nota en la economía local.
-Antes de la pandemia, llevaban años en auge las verbenas, tras un tiempo de decadencia.
-Fueron a más, hoy tenemos orquestas muy buenas, con un repertorio muy actualizado, para gente joven, de mediana edad y más mayor. Una fiesta al aire libre te permite estar tomando algo, fumar [al que fume], tirarte en el campo, nada que ver con un local interior... La fiesta es muy bonita, se reencuentran las familias, vienen los emigrantes, piden las vacaciones para hacerlas coincidir con el patrón, todo eso es muy bonito... ¡A vivir y a bailar con las orquestas!
-¿Cómo han sido las experiencias de estos últimos meses?
-Las fiestas que hicimos al principio, todos sentados, con mil personas en tres mil metros cuadrados, las entradas se agotaban en cuatro horas para ver a Los Satélites o a la París... Eso quiere decir que la gente tiene muchas ganas de fiestas. Ahora ya se puede estar de pie, hasta 5.000 personas, en sectores de 500, y a final de año probablemente sin mascarilla, en exteriores.