Diana Ferreira: «Aquí hay muchos bares y en Brasil son todo iglesias, por eso crece Bolsonaro»

Bea Abelairas
Bea abelairas FERROL / LA VOZ

FERROL

CESAR TOIMIL

Hace 20 años dejó el estado brasileño de Mato Grosso, en la selva, por Ferrol

09 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando Diana Ferreira Siqueira salió de Brasil hacia España Lula da Silva acababa de ganar las elecciones. En el 2020 regresó a su país y la pandemia la retuvo durante cuatro meses, así que conoció bien cómo se vive con Jair Messias Bolsonaro. El cambio es grande, incluso en su estado natal de Mato Grosso, el tercero más extenso y de los menos poblados. «Allí no existe ni el IVA, ni la cuota de autónomos, ni tantos impuestos... cualquiera puede salir a la calle y vender, pero claro lo que parece tan sencillo tiene sus cosas», cuenta una estilista de sonrisa constante y que regresó a su país hace dos años precisamente para formarse en nuevas técnicas de belleza.

«Es que allí el culto al cuerpo es fundamental, puede faltar la comida, pero para peluquería y para manicura siempre hay», dice, y recuerda un caso de una chica que vivía en una casa en la que los ladrillos estaban a la vista incluso en el salón, pero su apariencia en la calle era como la de una modelo de pasarela.

Diana regresó para unos días y terminó pasando los cuatro meses de pandemia en un país en el que las restricciones no tenían nada que ver con las de España. «Me tuve que poner a trabajar en una peluquería allí y me asustó un poco lo que vi», recuerda sobre una situación que cree que nunca va a retroceder en Brasil. «Está la policía, a la que Bolsonaro deja que haga todos los abusos en nombre de bajar la criminalidad; están la policía corrupta y después, los criminales que se organizan para que les pagues y ellos te protegen; hasta tienen el tribunal del crimen, donde juzgan a la gente, es un estado completamente paralelo, pero yo les decía: ‘Cómo podéis pagar a esta gente, yo prefiero pagar impuestos al Gobierno, como en España’». A Diana le gustaría traer a toda su familia a Ferrol, porque no hay las desigualdades y la inseguridad de su país, aunque a veces añore la alegría carioca. «Aquí hay muchos bares, pero en Brasil son todo iglesias evangélicas y por eso crece Bolsonaro, porque él se presenta como un valedor del cristianismo que quiere acabar con la delincuencia», dice sin dejar de mencionar que sobre Lula también planea la sombra de la corrupción, aunque ayudó mucho a la clase obrera.

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En la imagen, con su hijo, Junior, junto a uno de los peces que se pescaban en su pueblo de Mato Grosso, donde pasó una infancia especial. Cuenta que «en esa zona no hay hambre, los brasileños son de buscarse la vida y salen a pescar».

«Hace 20 años vine antes que mis hijos y cuando me los pude traer mi pequeña ya tenía casi 8 y llegó sin saber leer ni escribir. No lo podía entender, menos mal que en el Cruceiro de Canido le ayudaron mucho, pero le costó coger el ritmo». También se trajo a su hijo mayor, que contaba con 16 y al llegar encontró muchas posibilidades de jugar al fútbol, su gran pasión.

La vida en la comarca no siempre ha sido fácil para Diana. Tras un revés perdió su peluquería, el ánimo y tuvo que empezar de cero. Ahora tiene una cuenta de Instagram desde la que ofrece sus servicios @Dianapeluquera y un proyecto con cosméticos muy novedosos y con personal formado recién llegados de Brasil.