Sus 226 tripulantes disfrutarán de un período de descanso hasta la siguiente misión
16 dic 2022 . Actualizado a las 22:04 h.A las 9.30 horas de esta mañana, la fragata Cristóbal Colón atracó en el Arsenal Militar de Ferrol, finalizada su integración en la Agrupación Permanente de la OTAN Número 2. Su tripulación, que llevaba desde verano embarcada, se reencontró con sus familiares y amigos y pasarán las Navidades junto a sus seres queridos. Tras este período de descanso, empezarán a prepararse para próximas misiones.
El buque había salido el 22 de agosto hacia el puerto de Souda (Grecia), donde relevó a la fragata F-102 Almirante Juan de Borbón. Durante estos meses en el Mar Mediterráneo ha contribuido con diferentes maniobras a la seguridad marítima, enmarcado en la Operación de la OTAN «Sea Guardian», y a la protección de los intereses nacionales y de los países de la Alianza. La dotación de la fragata se compone de 226 tripulantes, hombres y mujeres, con un Equipo Operativo de Seguridad de Infantería de Marina perteneciente al Tercio Norte. Desde su partida, el buque navegó más de 19.000 millas e hizo escala en países como Grecia, Italia o Croacia, recibiendo la visita de la Ministra de Defensa y de los Embajadores de España en algunos de dichos estados.
El comandante de la fragata, Alejandro Ferreiroa, señaló que la nave cumplió con el compromiso de España en relación a la OTAN y sus aliados. El balance que hace de este año es muy positivo, pues ejercieron con efectividad su papel disuasor. «El escenario fue tranquilo y no difiere del escenario de situaciones pasadas». El capitán de navío Gonzalo Leira suscribió sus palabras:«Con la llegada de la Cristóbal Colón completamos un año en el que de forma ininterrumpida ha habido una fragata, la Álvaro de Bazán, asignada al grupo permanente de la OTAN Número 2 en el Mediterráneo. No han habido situaciones de crisis más allá de lo que son nuestras operaciones y ejercicios rutinarios, en los que llevamos participando alrededor de treinta años».
Vuelta a casa por Navidad
La emoción era palpable esta mañana en el Arsenal, donde esperaban familiares y amigos de la tripulación para recibirlos en uno de los muelles. La ferrolana Eva Ferreiro esperaba con impaciencia a su marido, el tinerfeño David Pacheco. Tienen tres hijos y el más pequeño, de solo cinco meses, tenía seis semanas cuando su padre embarcó en la Cristóbal Colón. «Han sido meses muy intensos. En el ámbito familiar fue duro», dice. Igual que ellos, cientos de familias esperaban con ansia a recibir a los marinos. Pese a la costumbre, es difícil contener la emoción.