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Vecinos atemorizados por la okupación en Pardo Baixo: «Esto es una locura, un día va a pasar algo»

BEATRIZ ANTÓN FERROL / LA VOZ

FERROL

En la imagen, en el centro, el edificio okupado, donde el jueves por la noche se registró un incendio
En la imagen, en el centro, el edificio okupado, donde el jueves por la noche se registró un incendio CESAR TOIMIL

Hosteleros y residentes de esta calle de Ferrol dicen «estar hasta el gorro» de las discusiones y agresiones que se producen en el edificio abandonado del número 22

15 abr 2023 . Actualizado a las 10:51 h.

Nadie quiere que se le identifique con nombre y apellidos. Y mucho menos salir en una fotografía. Y todo por miedo a posibles represalias. Vecinos y hosteleros de la calle Pardo Baixo confiesan estar «hasta el gorro» de los problemas generados por la situación de abandono del número 22 de la céntrica vía, un destartalado edificio del que no dejan de «entrar y salir» okupas desde que alguien forzó la puerta de entrada hace ya unos cuantos meses. Es el mismo inmueble que el jueves pasado registró un incendio que apagaron rápidamente los bomberos. Y que solo dos días antes, el martes, fue inspeccionado por agentes de la Policía Nacional tras recibir una llamada alertando de que uno de los okupas del inmueble se había colado en un piso del edificio colindante (el situado en el número 20), a través del patio trasero, huyendo de otro okupa. «Esta semana ha habido dos intervenciones, pero en los últimos meses ha tenido que venir mil veces la Policía Local y Policía Nacional. Esto es una locura. Un día va a pasar algo», denuncia una vecina de la zona.

Otra residente comenta que se «veía venir» que en algún momento se podría producir un incendio, porque «el edificio está lleno de basura, por las noches hace frío y está claro que los okupas van a hacer fuego para cocinar o calentarse». Pero lo que más preocupa en la calle es la «inseguridad».

Los okupas arrojan basura al patio trasero, según denuncian vecinos de la calle
Los okupas arrojan basura al patio trasero, según denuncian vecinos de la calle

Hosteleros y residentes cuentan que por el edificio han pasado en los últimos meses diferentes okupas, algunos inofensivos, pero advierten de que uno de ellos, al que no ven desde hace algunos días, es especialmente «conflictivo» y «problemático». «Hace cosa de un mes se puso a tirar botellas de cerveza por la ventana. Casi le da a mi abuela. Yo fui a hablar con él, para decirle que no hiciese eso, y empezó a empujarme y me tiró al suelo», relata una vecina. No lejos de allí, una hostelera confirma que ese mismo okupa «tiró botellas por la ventana», «se pone a gritar a la gente mayor que pasea por la calle» y comete destrozos, como cuando arrancó las pizarras de la fachada de un restaurante. Y otra persona que también trabaja en Pardo Bajo relata que un día tuvo que llamar a la policía tras verlo agredir a una mujer en la galería del edificio okupado.

B. ANTÓN

Toda esta situación está crispando los nervios de residentes y hosteleros, que también se quejan de que el edificio «da mala imagen». «Vivimos con miedo», resume una vecina que siente especialmente ese temor cuando sale a cenar y regresa a casa de noche, cuando los bares y restaurantes ya han bajado la persiana y la calle está desierta.

«El problema que es que no somos capaces de localizar al propietario del edificio. Lo hemos intentando en el registro y ha sido imposible. La okupación se podría solucionar si se tapiase la entrada, pero la policía nos dice que no puede hacerlo, porque es una propiedad privada», apunta la misma vecina. Además, debido al abandono del inmueble, el edificio colindante sufre filtraciones, según denuncian los residentes: «Hace poco arreglamos el portal y ya está otra vez lleno de humedades».