Emprender sin salir del instituto con una empresa de canoas y kayaks de madera: «Montar un negocio propio asusta, pero hay que arriesgar»
FERROL
Cinco centros de FP de la zona cuentan con viveros de empresas. Entre ellos, el CIFP Ferrolterra, donde el naronés Martín Méndez ha alumbrado una firma única en Galicia
13 ene 2024 . Actualizado a las 12:16 h.Tener una idea brillante y convertirla en un negocio viable no es tarea sencilla, pero todo resulta más fácil si se cuenta con un espacio físico adecuado y el asesoramiento de profesores expertos en la materia para hacerlo realidad. Todo eso es lo que ha encontrado Martín Méndez Díaz en el vivero de empresas del CIFP Ferrolterra (uno de los cinco de la comarca ubicados en centros de FP), donde hace pocos meses alumbró su proyecto empresarial y ahora tiene su oficina. Su negocio recién nacido se llama Deseños e Construccións do Atlántico (Decoat) y su actividad está centrada en la reparación y fabricación de todo tipo de embarcaciones de madera, pero de forma muy especial en los kayaks y canoas.
Martín ha realizado un estudio de mercado y asegura que en Galicia hay muy pocos astilleros que reparen y construyan barcos de madera. «Y ninguno, que yo sepa, dedicado de forma específica a los kayaks y canoas fabricadas con este material», recalca a continuación. Por eso se animó a lanzar un negocio en ese sector. «Emprender siempre asusta, pero hay que arriesgar, porque el que no arriesga no gana. Y además, hacerlo como viveirista ha supuesto un gran apoyo para mí», apunta en referencia a la ayuda que halló en la incubadora del CIFP Ferrolterra.
En el centro de FP del barrio de Recimil estudió este naronés de 30 años un ciclo superior de Eficiencia Energética. Y tras trabajar para dos empresas del sector, decidió regresar a sus aulas para cursar el ciclo medio de Mantenimiento de estructuras de madera y mobiliario de embarcaciones de recreo, único en España. «No es que me atrajese de forma especial la carpintería, pero sí el mar, porque practico surf desde hace años», advierte Martín.
El joven hizo las prácticas en los astilleros Garrido de O Grove y, a raíz de los contactos que hizo allí, cuando regresó a Ferrolterra le surgieron dos encargos: uno de ellos para reparar una embarcación del Instituto Oceanográfico de A Coruña y otro para fabricar varias «zocas» (pequeñas y típicas naves auxiliares de las Rías Altas) para el Encontro de Embarcacións Tradicionais de Galicia de Sada.
Fue entonces cuando se animó a crear su propio negocio. «El problema es que yo no tenía educación empresarial, así que vine a pedir ayuda al vivero del Ferrolterra y ahí empezó todo», rememora. Con el apoyo de la coordinadora del programa, Paloma Rodeiro, Martín estudió las distintas posibilidades para emprender. «Al principio no lo tenía muy claro. No sabía si orientarme a las tablas de surf o a los kayaks y a las canoas y al final me decidí por esto último», relata.
En el vivero del CIFP Ferrolterra podrá tener su cuartel general por un plazo máximo de dos años —allí lleva a cabo el diseño de las embarcaciones—, mientras que el trabajo de taller lo realiza en una nave de A Cabana. Ahora está centrado en el diseño y prototipado de los kayaks y canoas que espera comercializar a partir de marzo a abril a través de la web de su empresa (decoat.gal, actualmente en construcción) o en establecimientos físicos como la tienda Drop In de Narón, donde próximamente presentará su proyecto empresarial. ¿Qué ventajas tienen sus naves de madera frente a las de fibra? «Yo lo comparo con una flor. Una de plástico te puede durar mucho tiempo y no requiere cuidados, pero nunca se podrá igualar a una flor de verdad. La sensación que te transmite es muy diferente».
ELENA ANCA, COORDINADORA DE EMPRENDIMIENTO EN EL CIFP RODOLFO UCHA
«Más que el espacio físico, lo más valioso de las incubadoras es el asesoramiento a los alumnos»
Además del vivero de empresas que funciona en el CIFP Ferrolterra, otros cuatro centros de FP de la comarca disponen de este tipo de incubadoras para impulsar el emprendimiento : el IES Fene y los CIFP Fraga do Eume, en Pontedeume, y Leixa y Rodolfo Ucha, en Ferrol. Se trata de servicios que están disponibles no solo para estudiantes y exalumnos de esos propios centros, sino también para pupilos de otros institutos públicos. Y Elena Anca Candocia, coordinadora de emprendimiento en el Rodolfo Ucha, insiste en que «más que el espacio físico, lo más valioso de las incubadoras es el acompañamiento y asesoramiento que prestan a los alumnos para quitarles el miedo a emprender y poner en marcha sus proyectos con éxito».
En este sentido, recuerda que, en estos viveros, el profesorado de FOL los ayudan en aspectos legales o financieros, pero los jóvenes también reciben asesoramiento técnico de los profesores especializados en las distintas familias formativas de cada centro.
Gracias al apoyo del vivero de empresas del CIFP Rodolfo Ucha, hace unos meses un exalumno se animó a coger un traspaso y ponerse al frente de una tienda de informática. Y actualmente, otros dos están elaborando planes de negocio para emprender con un comercio textil y una firma de hardware para videojuegos.