El preestreno navideño del bulevar de Ferrol: «Es una maravilla, esto ya tiene aspecto de entrada a una ciudad»
FERROL
La apertura temporal desde la carretera de Castilla hasta la Trinchera es recibida con satisfacción a pie de calle, a pesar de la deficiente señalización y la falta de luz
27 dic 2024 . Actualizado a las 22:58 h.A última hora de la tarde, a oscuras y sin mediar anuncio previo más allá de la previsión de semanas antes, el pasado viernes abría al tráfico el tramo inicial de la avenida de As Pías. Los coches pudieron volver a circular ocho meses después por la carretera de Castilla hasta la Trinchera. Y sobre todo, estrenar la rotonda de la calle Nova de Caranza. Una semana después, los conductores ya han podido reprogramar sus rutas al volante, aunque en la mañana soleada de ayer el tráfico por el tramo era residual. Solo un lento goteo de vehículos hacía uso de este preestreno navideño del bulevar, que llega con fecha de caducidad. El día 13 volverá a cerrarse para poder rematar las obras. Pero hasta entonces, automóviles y peatones pisan sus pavimentos, en general, con buenas sensaciones.
A pie de calle, ya no hay barrera entre barrios y las vistas se despejan desde Porta Nova hasta Caranza: «Es una maravilla, esto ya tiene aspecto de entrada a una ciudad», ensalza Antonio, un vecino que reside muy cerca. «¡Cuánto no gana la ciudad!», exclama al recordar los puentes que antes sobrevolaban la avenida y que han sucumbido a la piqueta: «Parecía tercermundista», estima. «Lo veo muy bien», dice consciente de que «nunca llueve a gusto de todos».
La satisfacción por el avance de la obra y el resultado que ya se avista no ocultan las deficiencias con las que se ha realizado esta reapertura. El tráfico procedente de la plaza de España se topa de frente con la misma gran señal colocada hace casi un año que continúa indicando el paso cortado hacia la avenida de As Pías, cuando realmente se encuentra abierto. Siguiendo adelante, los vehículos pasan del deteriorado tramo, sobre el que no se actuará en el proyecto actual, al renovado firme de hormigón, que presumiblemente no será el definitivo. A falta de mayor indicación, una hilera de vehículos aprovecha para aparcar en un arcén delimitado por pivotes espaciados, sin saber está permitido o no. Y las vallas movidas no disipan la duda de si los peatones transitan correctamente por esas aceras o si están invadiendo zonas de obra.
Algunos carteles pegados en fachadas muestran todavía indicaciones de restricciones de meses atrás. Y la apertura del tramo ha provocado el desajuste de semáforos, como el peatonal de Porta Nova, que de forma simultánea se muestra en verde desde un lado de la vía y en rojo desde la contraria, causando el desconcierto. Pero la queja más extendida es la falta de iluminación: la puesta en servicio de este tramo no ha incluido todavía el alumbrado, por lo que la calzada y las rotondas de la Trinchera y la de Nova de Caranza se encuentran a oscuras.
Alfonso Beceiro y Amalia Leboso, vecinos de Ultramar
«Lo vemos bien, pero no sabemos cómo va a terminar»
Sus ventanas dan al futuro bulevar, por el que ayer paseaban a la altura de Ultramar Alfonso Beceiro y Amalia Leboso. «De momento, lo vemos bien», coinciden, tanto por el derribo del túnel de Nova de Caranza, «antiguo y feo» y su sustitución por una rotonda que consideran que descongestiona el tráfico. «Está mucho mejor ahora, aunque no sabemos cómo va a terminar», apuntan. Sobre el terreno, comentan sus dudas sobre el trazado de un futuro paso de peatones. Y sobre la obra solo piden una cosa: que en el parterre frente a su casa «no pongan árboles ahí», piden. Prefieren zona ajardinada porque «si no, nos sacan las vistas». Y sobre todo, porque desconfían de su futuro mantenimiento, como los del lado opuesto: «Es que ni los podan».
Celia Varela Fraga
«Da mucho gusto verlo así: Ferrol abierto al mundo»
Atraída por la curiosidad, ayer era la primera vez que Celia Olga Varela Fraga pisaba el tramo reabierto. Reside en Porta Nova y en su paseo incluyó As Pías al ver la entrada libre. Y la sorpresa fue grata: «Da mucho gusto verlo así, porque está muy bien: Ferrol abierto al mundo», sintetiza convencida de que «va a quedar muy bien». De lo que ya no está tan segura es de cuándo terminarán las obras: «Eso ya no lo sé», se responde a sí misma. «Ferrol fue muy importante pero ahora va a ser más» con esta obra, sostiene. De la nueva As Pías destaca además sus aceras: «Soy caminante, camino por todas partes. Mis ruedas son las piernas», dice gráficamente. Y por ello agradece «que piensen en los peatones». «Aquí aceras hay, y anchas. Maravilloso», comenta.