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Absuelven a una pareja que amenazó dos veces en el mismo año a los sanitarios: «Soy abogada laboralista
especializada en el Sergas y me voy a encargar de que no vuelvas a trabajar más»

Bea Abelairas
Bea Abelairas FERROL

FERROL

Imagen de archivo del centro de salud de Fene
Imagen de archivo del centro de salud de Fene CESAR TOIMIL

En un caso amenazaron a la pediatra porque no hacía más pruebas a su hijo y en el otro a una enfermera, porque les pidió que llevasen de nuevo a una anciana a hacerse las curas: «A ver si piensas que no tengo nada más que hacer»

13 mar 2025 . Actualizado a las 09:35 h.

Una enfermera y una pediatra del centro de salud de Fene denunciaron por amenazas a la una pareja que no solo pusieron en duda su labor, sino que los amenazaron. Los dos episodios tuvieron lugar en el año 2024 y en ambos los acusados terminaron absueltos tras recurrir a la Audiencia Provincial. Los abogados del Sergas reconocen que normalmente este tipo de acciones contra sus profesionales no quedan sin castigo y por eso animan a las víctimas a seguir denunciando. En el caso de esta pareja, la actitud déspota con la que acudían a las consultas era conocida e incluso temida. 

La primera denuncian contra ellos fue de una pediatra que atendió a su hijo el 21 de febrero del 2024: exploró al pequeño, que tenía fiebre, pero aseguró a los padres que no existía ningún tipo de síntoma de alarma que hiciera necesario realizar más pruebas. La reacción de ellos fue violenta, «desproporcionada con frases despectivas y amenazantes como 'tú no nos vas a enseñar nada a nosotros'; 'Medicina debe ser muy fácil y se la regalan a cualquiera' o '¿no piensas realizarle ninguna prueba?», según consta en un caso que se juzgó primero en Ferrol y que el Sergas apeló a la Audiencia. La mujer denunciada llegó a asegurar a la pediatra con que era abogada y la iba a «denunciar y se iba a asegurar de que no vuelva a trabajar en su vida», frase que repitió meses después en otra consulta a la que acudió como acompañante de su madre.

La médica replicó que podían poner una reclamación si así lo deseaban, pero continuaron insultándola, «llamándola inútil, no tienes ni idea y le dan el título a cualquiera». El trance fue tan duro que la sanitaria intentó presionar el botón del pánico, pero con los nervios no fue capaz y «no acudió nadie en su ayuda y ante las agresiones verbales les invitó a salir de la consulta, lo que finalmente hicieron».

 El 20 de octubre de ese mismo año fue una enfermera la que tuvo que pulsar el botón del pánico ante otra agresión de la misma pareja. En este caso la paciente era madre de ella y necesitaba una cura tras una intervención. La documentación del caso detalla que cuando la sanitaria la estaba atendiendo, en presencia de la mujer denunciada, y «ante el aspecto que presentaba la herida, les dijo que tendría que acudir de nuevo en dos o tres días a hacer de nuevo la cura, respondiendo la hija de forma desproporcionada diciéndole 'a ver si piensas que no tengo nada más que hacer, y que tenía más vida'».

La enfermera optó por callarse entonces y continuar con la paciente, pero la mujer no se calmó, es más amenazó con ir a buscar a su marido. Y así fue: «Cuando ya había finalizado la consulta, y la madre de la denunciada se había ya ido, transcurridos unos 20 o 30 minutos, estando la denunciante en su consulta con otra compañera, llegaron los denunciados en actitud claramente amenazante diciéndole para insultarla con frases como 'a ver si ahora eres tan chula, que tú no eres más que una diplomada y yo soy un licenciado». Ambos se acercaban de forma mientras la mujer repetía: «Soy abogada laboralista especializada en el Sergas y me voy a encargar de que no vuelvas a trabajar más». Para terminar asegurando: «Mi madre va a volver el martes y le vas a pagar el taxi tú». Ante esta situación presionó el botón del pánico y llamó a la Policía Local que se personó después en el centro de salud.

En esta ocasión, un juzgado de Ferrol los condenó a ambos por un delito leve de amenazas a la misma pena: dos meses de multa con una cuota diaria de seis euros, con la responsabilidad personal subsidiaria si no la abonaban. Sin embargo, los dos procesados recurrieron a la Audiencia Provincial, aportando el testimonio de la madre de la abogada denunciada: «A nai da denunciada declarou que foi ela, e non a súa filla, a que tivo a discusión coa denunciante cando non estaba presente a súa filla e que foi nesa discusión cando se accionou o denominado botón do medo, defendendo que a súa filla non estivo no centro mentres se produciu o incidente e que regresou despois cando xa estaba a policía local».

El fallo apunta que «no relato de feitos probados é descrito un primeiro momento dentro da consulta coa denunciada e a súa nai. Aí se afirma que a denunciada amosouse desconsiderada e hostil coa denunciante ao manifestar 'a ver si piensas que no tengo nada más que hacer, y que tenía más vida",dende logo tal cousa non supón ameazar con ningún mal e pode ser criticábel, pero non é delito» y los abuelve de pagar la sanción económica.

Ambos fallos absolutorios reconocen que tanto la enfermera, como la pediatra sufrieron mucha angustia con todo lo vivido.