El sueño de volver

Nona I. Vilariño MI BITÁCORA

FERROL

17 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque a los profesionales del negacionismo de los muchos valores y atractivos de una ciudad y una comarca como la nuestra les parezca imposible, hay mucho talento ferrolano que vive un exilio obligado y mantiene el sueño de volver. Aunque, lo saben, no será fácil. Tengo varios testimonios, directos o de familiares, que me cuentan que su sueño, el de sus hijos o incluso de sus nietos, sería poder volver, si hubiese oportunidades profesionales que les permitiesen hacerlo. Cada día valoran más el sereno discurrir de la vida en un lugar tranquilo, sin la prisa como modo de vida y con el dulce encanto que envuelve tantos encuentros al doblar una esquina o sentarse a tomar un café y descubrir que acaban de invitarte… Ya sé que habla una persona que vivió varios, quizá perdidos, Ferroles, varios San Xurxos y una Santa Cecilia poblada de parientes. Pero aún queda el poso de un pueblo que se hizo ciudad sin perder el aroma de pacífica convivencia. No sé qué otras causas alimentan el deseo de volver de quienes lo viven como un sueño y sienten la necesidad de tener un lugar, un hogar al que volver, en el que alguien o algo los identifica con la patria querida. Pero hay algo más que debemos valorar y perseguir aunque sea casi un imposible: que regresen quienes sienten como necesidad ese regreso. No tenemos aldeas que vender a bajo precio. Pero sí posibilidades de ofrecer, por ejemplo, un parque de viviendas de precio asequible y notable confort. Porque el futuro, lo intuyo, abrirá puertas que estaban cerradas. Y estas hermosas y ricas tierras deberían ser referente de acogida, no de exilio. Y sus gentes, guardianes de un paraíso que aún no hemos perdido.