Tres horas para rescatar a un menor que se cayó de la bicicleta en ruta por el monte, en As Pontes: «Fue una odisea, suerte que no iba solo»

A. F. C. AS PONTES / LA VOZ

AS PONTES

El compañero con el que iba avisó al 112, que movilizó un amplio operativo para localizar y evacuar a este chaval de 15 años

27 dic 2024 . Actualizado a las 22:26 h.

Un chaval de 15 años, vecino de As Somozas, que salió en bicicleta de montaña por la ruta PR-G 147 As Fragas da Ribeira e Lostegal, en Vilarbó (As Pontes), se cayó y se lesionó gravemente en las dos muñecas, en una zona muy abrupta y de muy difícil acceso, antes de las doce de la mañana. Su compañero, pontés, de la misma edad, avisó al 112, que movilizó un amplio operativo de rescate. «Por suerte no iba solo y estaba en una zona con cobertura», comentaban personas que participaron en la evacuación.

En un claro ejemplo de que la unión hace la fuerza, el rescate fue posible gracias al trabajo conjunto de Guardia Civil (con una patrulla a pie y un helicóptero), bomberos (del parque del Eume, del Consorcio Provincial), Policía Local, Protección Civil y personal sanitario del Punto de Atención Continuada (PAC) de As Pontes, y los padres de los dos jóvenes. Tardaron en dar con ellos, puesto que se encontraban en un monte muy escarpado, con desniveles muy pronunciados y arbolado, lo que dificultó su localización incluso para el helicóptero y siguiendo la ubicación a través del móvil del otro menor.

Parte del dispositivo de rescate, durante el porteo del joven en la camilla de evacuación de los bomberos
Parte del dispositivo de rescate, durante el porteo del joven en la camilla de evacuación de los bomberos

«Tuvimos casi un kilómetro y medio de bajada y casi otro tanto de subida, fue horrible, subidas y bajadas, barro, agua... es una ruta señalizada para ir en bicicleta, pero es muy abrupta», explica una de las personas que patearon el monte para dar con el ciclista, «con mucho dolor al haberse roto las dos muñecas en la caída». En algunos puntos del itinerario no conseguían oír las voces del amigo, «porque el lugar es muy angosto», insiste otro miembro del equipo, que tardó casi tres horas en completar la intervención.

Una vez que consiguieron llegar al punto donde estaban, subieron al herido a la camilla de evacuación de los bomberos, no sin dificultad «porque con un solo roce sentía muchísimo dolor». La vuelta, cuesta arriba, resultó «muy complicada», porteando entre todos hasta el lugar al que logró entrar la pick-up de Protección Civil, en la que completaron el resto del recorrido (algo más corto que el de ida), hasta la ambulancia que le trasladó al Hospital Arquitecto Marcide.

«Para sacarlo fuimos por donde habían entrado ellos con las bicicletas y el vehículo pudo andar unos 700 metros (por el monte)», según indican. Si dar con él «fue una odisea», evacuarlo también resultó duro, por las características del terreno, el desnivel y el cuidado que requería para evitar más molestias para el menor. «Si vas solo y te pasa eso, y no puedes coger el teléfono, cae la noche... a ver cómo te localizan». Por suerte, repetía la misma persona «este niño no iba solo».